La autora es una inquieta jugadora con las letras, su escritura es ágil, amena y moviliza-dora quedo demostrado en sus dos libros anteriores” Infancia Confiscada “y “El Obsequio” donde la realidad la convierte en novela
Noemí Alicia Mayoral nació 20 de agosto de 1956 en Buenos Aires en Capital Federal,
En esta novela “Artesanas de la vida” es parte del relato y la vivencia, lo que hace que ella desnude su alma abrazando la del lector refiere que:
El verdadero conocimiento que las ayudó a sobrevivir, no fue la teoría, sino la práctica. La práctica cotidiana de una hermandad automática, de una cofradía formada por la necesidad de amor y solidaridad. No quiero entrar en detalles que el libro irá revelando a través de las páginas que la autora ha redactado con su habitual pasión literaria, con aires de poesía y nostalgia superadora. En este libro, las protagonistas son todas las alumnas y a la vez, cada una de ellas. No hay nombres, porque todas se destacaron en el cuadro de honor de la vida, venciendo los miedos, los malos momentos, con la inmensa capacidad de sus brillantes personalidades. Construyeron sus vidas con los cimientos de lo que aprendieron en el instituto. Pero el coraje, la valentía, la resiliencia de cada una de ellas es el verdadero motivo de la publicación de este libro.
Infancia
Confiscada
PROLOGO
La vida es un enigma que cada uno de nosotros y entre todos, tratamos de resolver y sobrellevar, rescatando los mejores momentos.
Cuando somos pequeños, necesitamos, el amor y el cariño de nuestros seres queridos. La mayoría de los hijos, les pasan factura a sus padres, expresando aquella frase, que suena muy común en boca de niños y adolescentes: -Yo no te pedí que me traigas al mundo.
¿Pero que pasa cuándo las carencias afectivas y los abandonos desbordan el límite de lo soportable?
No resulta sencillo enfrentar al mundo. Un mundo que ha cambiado, pero que todavía conserva los resabios de prejuicios y discriminaciones que marcan a fuego a quienes no tienen las necesarias defensas para enfrentar las adversidades que se les presentan.
La infancia feliz es algo que todos nos merecemos, pero no siempre ocurre así. Algunas personas crecen de golpe, asumiendo responsabilidades, debido a las circunstancias.
La autora, a lo largo de la novela, expresa muy profundamente, todas las vivencias, que la llevaron a considerar que su infancia había sido, robada o confiscada, como muy bien lo expresa a lo largo de los capítulos que componen su obra.
Muchas de sus reflexiones tienen la nobleza del perdón y la ética de la superación, a pesar de los sufrimientos de la vida.
Comentario del escritor Jorge Luis Montes
Infancia
Confiscada
Noemí A Mayoral
PROLOGO
La vida es un enigma que cada uno de nosotros y entre todos, tratamos de resolver y sobrellevar, rescatando los mejores momentos.
Cuando somos pequeños, necesitamos, el amor y el cariño de nuestros seres queridos. La mayoría de los hijos, les pasan factura a sus padres, expresando aquella frase, que suena muy común en boca de niños y adolescentes: -Yo no te pedí que me traigas al mundo.
¿Pero que pasa cuándo las carencias afectivas y los abandonos desbordan el límite de lo soportable?
No resulta sencillo enfrentar al mundo. Un mundo que ha cambiado, pero que todavía conserva los resabios de prejuicios y discriminaciones que marcan a fuego a quienes no tienen las necesarias defensas para enfrentar las adversidades que se les presentan.
La infancia feliz es algo que todos nos merecemos, pero no siempre ocurre así. Algunas personas crecen de golpe, asumiendo responsabilidades, debido a las circunstancias.
La autora, a lo largo de la novela, expresa muy profundamente, todas las vivencias, que la llevaron a considerar que su infancia había sido, robada o confiscada, como muy bien lo expresa a lo largo de los capítulos que componen su obra.
Muchas de sus reflexiones tienen la nobleza del perdón y la ética de la superación, a pesar de los sufrimientos de la vida.
Comentario del escritor Jorge Luis Montes
Infancia C
onfiscada.
La relación que tiene la vida con respecto a las personas, no distingue tiempo ni edad ,según como se encuadre, hace que uno deba aceptar vivirla, desandando los escollos y disfrutando cada instante.
La vida está repleta de matices, en ella hay sueños, tristezas, recuerdos que se anidan cuando uno lo permite y otros que hay que trabajarlos mucho para verlos como pasado, sé logra, solo hay que comprometerse con uno mismo para girar la historia.
Nunca estamos solos en el trayecto, todos tenemos un ángel que en constante vigilia nos cuida es el mensajero de nuestra alma el sabe cuando estamos en peligro y siempre está.
Hay valores para tener presente, el respeto, la honestidad, la capacidad de la disculpas, sin olvidar a los que nos hacen daño. Porque también nos dejan enseñanzas, en eso consiste la experiencia en esos momentos uno comienza a saber elegir.
Aquellos a los que les pedimos la mano y omitieron darla, no hace falta guardarle rencor ya tienen bastante con su egoísmo, se pierden lo maravilloso de la vida, a esos tampoco hay que ignorarlos al fin y al cabo gracias a ellos crecimos al ayudarnos a madurar.
Hay que aceptar el desafío de estrenar cada día, sin rencores y esperanzas.
Situaciones muchas veces complejas condicionan la escena, aun así no hay que caer en el caos, porque existe una fuerza invisible que tiene los fundamentos para sacarnos a flote.
Vivir es estimulante. Hay que afrontarlo y correr los riesgos; al fin y al cabo es la consigna que llevamos por estar vivos y pertenecer a la raza humana
Lo que los otros vieron
Me levanté y desayuné.
No es hábito mío leer el diario, ir al cine menos.
Comencé a hojearlo y me detuve en la página de espectáculos,
Me llamo la atención el titulo de una película: “Infancia confiscada”
Despacito, me fui metiendo en la síntesis de esa historia, que atrapó mi curiosidad, por el título y su argumento.
Comencé a recordar cuando era muy pequeña. Mi infancia, parecida a ese guión, que ahora ocupaba mi memoria. Las luces y las sombras de aquellos días reaparecieron.
Y mientras miraba la ciudad, a través de mi ventana enrejada, una sucesión de imágenes se agolparon dentro de mí. Como si la sala de cine se hubiese transportado a mi departamento. El ruido de las personas, los protagonistas, las voces de la memoria, mis fantasmas apareciendo, iban cobrando vida. .
¿Sería mi infancia tan turbadora como aquella película? ¿Cuántas veces más debería seguir recordando?
El titulo era tentador, pero no tanto como mi pasado. Ser protagonista, hacia que cualquier ficción fuese muy poco. Me levanté y volví a sentarme Como si mi cuerpo se hubiera transportado a una butaca particular, esperando el comienzo. Era inquieta por naturaleza. Las largas esperas no eran mi consigna cotidiana. Para rememorar mi vida, no necesitaba salir de mi encierro. Ni sacar entrada. Había una pantalla frente mío, que solo yo veía. Podía sentir que el viento mecía el pasado de mis nostalgias. Un pasado que volvía una y otra vez, negándose a partir, como un viajero incansable que lleva un itinerario aprendido y, en algún archivo oculto de mis vivencias, me negaba la tranquilidad de olvidarlos por un rato.
En la película de mi vida, galopaban la adversidad y la esperanza a la par. Cada día, a cada momento, no dejaba de repetirla, para que otros la escucharan y pudieran aprenderla. Y con mi experiencia, ayudarles, para que no tengan que pasar por lo mismo. Porque las fuerzas no son iguales. Unos las sacábamos de las flaquezas, pero la mayoría abandonaba en el intento. Sobre la pantalla de mis recuerdos, empezaban a proyectarse las primeras imágenes.
Esas imágenes, emergían mostrando un ambiente cálido a primera vista, una mecedora, y en ella, una señora entrada en años, comenzaba a vivir una crónica, la de su vida, cerrando los ojos, mirando su pasado y así, se metía en sus recuerdos, transportándome a mí también. Y yo, como cada día, me dejaba llevar. Unidas las dos, recorríamos esos senderos de alegrías y tristezas.
Por lo que me había relatado ella de su viaje en barco y tantas curiosidades mías, casi la obligué a contar su vida en forma de cuento, comenzando así:
“Aparecían dos niños, que contemplaban el mar tomados de los hombros. La vida no había tenido consideración con ellos. El mar era un compañero, amigo inesperado, que con su belleza y energía, le daban fuerzas para soportar lo que se avecinaba.
Detrás de aquella inmensidad de agua, flotando en esa barca gigantesca que los transportaba hacia Buenos Aires, la angustia, el desapego, la nostalgia y el temor viajaban con ellos hacia su destino………………..
Venían de Castilla La vieja, lugar donde a los dos años, con su hermano, un poco mayor que ella, quedaron al cuidado de su abuela materna.
Los padres viajaron a la Argentina como se decía en esa época a " hacer la América". Once años después, al considerar que la chiquita y su hermano podían ayudarlos los mandaron buscar.
Al enterarse de la noticia, un gran dolor la invadió entonces y para toda la vida, no solo porque había quedado sin su madre, cuando era muy pequeña, sino que nuevamente perdía a la mamá sustituta. Quiso negarse a viajar, pero no podía porque siendo menor, los padres tenían la última palabra, tanto para dejarla como para reclamarla.
Llegaron a Buenos Aires luego de largos días de odisea marítima. Al bajar del barco se encontraron con una mamá casi desconocida y con 4 hermanos que no conocían ni por fotos.
Luego de preguntas y respuestas propias en estos casos, se encontraron en su nuevo y extraño hogar, situado en un barrio de casas bajas y muy descampado.
Había una fábrica textil donde casi todo el barrio trabajaba. A las 5:45 se escuchaba la sirena para que los trabajadores fueran a cumplir con su tarea; algunos lo hacían a pie, otros en bicicleta. Toda la familia trabajaba ahí. Incluso su hermano ya tenía un puesto asegurado.
Bajó del barco y al otro día a trabajar. Este detalle también le llamó la atención. Venía de un pueblo tranquilo, y ahora, comenzaba a vivir algo nuevo, complicado, que no podía digerir ni masticar, menos cuando no tenía espacio propio.
Se sentía perturbada por tantos cambios, porque había que compartir no solo su lugar, sino también cuidar a sus hermanos menores. No estaba a acostumbrada a ser parte de la responsabilidad de cuidar chicos y además incorporarlos a los afectos... Quererlos, sin embargo le resultó fácil .Era una persona dulce y generosa, El varón en cambio, era menos demostrativo y más cerrado, ocultando sus debilidades y sentimientos.
Me pareció que habían tocado el portero eléctrico, pero era en lo de la vecina. Por unos instantes volví a la realidad. Solo unos minutos, porque la soledad de aquella tarde, las nubes de frío y tormenta, me sumergieron en aquellos días lejanos, como si estuviesen sucediendo en este momento. Como si los hechos se repitiesen en algún lugar del tiempo y el espacio.
Su primer trabajo fue como costurera. Así pasaba el tiempo. El barrio fue creciendo. El asfalto reemplazaba de a poco las calles de tierra, mientras la iluminación llegaba a la casa familiar. Construyeron una casa PH, tipo chorizo, como decían los porteños, con espacio suficiente para estar cómodos. María, a pesar de su dolor y extrañar a su abuela, era un cascabel. Su conducta pasó a ser un legado familiar. La tristeza parecía vestirla de fiesta. Nadie sabía que pasaba por su corazón y luego de muchos sacrificios, lograron el tan anhelado techo propio.
Pasaron los años, se fueron casando sus hermanos y ella también. No se fueron de la casa, pasaron varios años antes de poder irse cada uno a su propio hogar
Ninguno se alejó demasiado. Estaban todos en un radio de diez cuadras a la redonda, por lo que ninguno ignoraba nada de lo que le pasaba al otro. Una sonrisa le enterneció el rostro de pronto. Yo también sonreí. No podía evitarlo.
Recordaba con alegría como había conocido a su futuro marido. Era un muchacho bajito, descendiente de moros, de Castilla la nueva y como una coincidencia extraordinaria, tenía su mismo apellido. Cuando creyeron conveniente, comenzaron a construir su propia historia. Se casaron sin grandes fiestas si con ceremonia y vestido blanco, al poco tiempo nacía su primer hijo, el mayor, y con muy poca diferencia, a los dos años, llegó el segundo vástago.
Hicieron un gran esfuerzo y construyeron su casa, precaria al principio, mejorada con los años. No quedaba muy lejos de la de sus padres, apenas a dos cuadras.
El trabajo no escaseaba para su esposo era empleado municipal y buenos augurios flotaban en el ambiente del hogar. Al fin la felicidad se ponía de su lado, pensó.
Su hijo mayor era el preferido, pero con el paso de los años, algunas cosas cambiarían, marcando profundamente un antes y un después.
Como toda madre buscaba el lado bueno, perdonándolo a cada rato, cuando cometía alguna travesura. No era un mal chico, algo inmaduro tal vez. Cosas de la edad, pensaba.
Así lo entendía ella. El segundo no se quedaba atrás, pero la fama de oveja negra la tenía el mayor. El tiempo demostraría que no era gratuita su reputación. Igual, María, siempre lo apañaba. Por su influencia materna, los dos varones eran compañeros y compinches.
Le dieron tanto trabajo los dos, que esperaron con su marido, diez años para tener otro hijo.
Está vez fue mujer. Y a los dos años nació la cuarta y última. Casi sin darse cuenta, crió dos pares de hijos únicos, por la diferencia de edades, entre los varones y las nenas, dificultándose la crianza los varones entraban en la adolescencia, nada fácil para manejar esas edades
Los problemas llegaron de manera inesperada. Ella era bajita, con temple de acero y sabía como hacer de mediadora. Así fue piloteando el crecimiento de sus hijos, hasta que un día el Negro, su hijo mayor marcó el comienzo de los dolores de cabeza, desapareciendo por cuatro días.
Fueron las horas más largas y angustiantes que María había pasado en toda su existencia. La pregunta sin respuesta era ¿donde estaba?
Lo encontraron en la casa de una tía de las afueras de Buenos Aires. Descubrieron que se había fugado con una menor, con la cual había tenido y tenía un noviazgo secreto.
No hubo excusas ni peros que detuvieran aquel inevitable casamiento.
Las familias de ambos se odiaban, al punto que no se conocieron nunca. Al único que vieron fue al padre de ella, que por ser menor tuvo que firmar el consentimiento para que se casasen...
Si bien no estaba muy contenta con ese casamiento, sentía alivio. El negro, casado, era una preocupación menos ¿Sería realmente así?
Las chicas se fueron el fin de semana. Acá en casa estoy calentita y sola, ideal para seguir buceando en los pensamientos de Doña Maria
Negro casado por obligación, murmuró. Pensar que era una langa. Como su hermano, el bailarín. Dos ganadores. A veces la vida te da sorpresas. La historia sigue, ¿no Doña María? Es como si estuviese ahí.
Es verdad, aquello está pasando de nuevo, no en la realidad pero ese rebelde recuerdo se niega a abandonarme…
Al tiempo que María aligeraba su carga, se enteró que su marido estaba enfermo de “la mala palabra”, como se decía antes.
Luego de unos meses, llegó la gran noticia la nuera estaba embarazada. Al cumplirse las nueve lunas nació. Una hermosa beba, a la que llamaron Luzvida. Fue recibida con alegría como una gran bendición. Le tejieron la ropa, los zoquetes, los escarpines, todo de color rosa y le prepararon su cuna. Las damas que ayudaban en la iglesia del barrio, hicieron parte del ajuar de la agraciada y simpática recién nacida. Ante la mala noticia de la enfermedad de su esposo, una vida nueva llegaba dándole la dosis de felicidad que la familia estaba necesitando.
El Negro había entrado al servicio militar en la Policía. Eso le daba la tranquilidad de optar, luego de los dos años de la colimba, a continuar como policía y de esa forma tener un trabajo estable.
Lo que ignoraban era que en la vida del Negro se metería el intruso, ese que digitaría su futuro.
El silencio en casa ahora, era casi perfecto. Algunos ruidos de autos que circulaban por las calles, personas hablando al pasar por las veredas y yo en pleno éxtasis, ansiosa por saber quien era ese intruso. Algo que sabía, pero que prefería ir descubriendo con el paso de los acontecimientos, como si no conociera los hechos.
La nena nació coincidiendo con la fecha de cumpleaños de su mamá sustituta. Fue la felicidad por un rato, porque ese mismo día, falleció el hijo del hermano de ella.
Desde ese instante, su nieta, tuvo un estigma que le marcó una huella profunda, porque fue heredera involuntaria de su ropa y de un ángel de la guarda de madera, que le pertenecía. La zozobra se acrecentaba día a día en sus existencias.
Soy ansiosa. Mientras avanzaba la trama, la historia se multiplicaba, llenándola de obstáculos y complicaciones, cada vez más impredecibles. Recordaba todo dulcemente con ternura. Escuchar la voz de la abuela era como una melodía suave que invitaba a seguir caminando a su lado. Era una invitación al amor, ese amor extraordinario, que solo una madre y abuela, como Doña María, podía transmitir.
Abuela nunca supe lo que decía una mirada. Hasta que me miraste. Desde esa vez, me transmitiste tu sabiduría para leer el mensaje de los otros, ese que se traslucía a través del iris, de la profunda claridad de las pupilas. Ahora te veo. Y es como si entonces fuera hoy.
“La tierna mirada de Doña María “estaba detenida en el tiempo.
Recordaba aquel 31 de diciembre, donde acostumbraban festejar los feriados de Navidad y Fin de Año en la calle. Todos pintaban los árboles de blanco, armándose una gran fiesta vecinal en las calles. La noche de ese Año viejo no podía ser diferente.
El abuelo pese al avanzado estado de su enfermedad, bailaba feliz con su nieta en brazos. Luzvida tenía cuatro meses y a pesar de tener muy pocas fuerzas en las manos y en el cuerpo, ese contacto vital, esa alegría del alma, lo mantenía despabilado, olvidando la gravedad de su salud, al menos por esa noche.
Él se fue de viaje el 22 de enero, llevándose, quien sabe, muchas amarguras, pero la inmensa alegría de haber conocido y disfrutado por pocos meses a su nieta. Esos momentos le pertenecían. Nadie se los quitaría. Los había guardado en la valija de sus mejores momentos al igual que su casamiento y los nacimientos y crianza de sus hijos más allá de algunos dolores de cabeza.
Pasaron unos meses y esa ausencia se notaba en el ánimo de sus hijos. Los varones crecieron pero no perdieron las mañas y las mujeres se encontraron con una mamá, que por esas cosas de la vida, inexplicables, tenían que compartirla. Su madre había depositado en su nieta muchas de sus energías.
La muerte de su marido, marcó a María en su dolor, dejándole una profunda huella, esa que había intentado borrar al sentirse abandonada en otros momentos de su historia personal de vida. Algo la unía con su nieta incondicionalmente. Algo que las uniría para siempre.
Quizás se veía como ella en su infancia. Pequeña, frágil e indefensa.
Sus hijas también eran chiquitas y necesitaban a su madre entera, no media mamá.
El calendario corrió. Su hijo, el Negro, parecía encarrilado, para ella, claro…
Los comentarios de sus familiares no coincidían con lo que ella sentía
¿Cual era la verdad? - se preguntaba, mientras veía a todos en un círculo donde la criticaban. ¿Quienes eran ellos para tener ese tono arrogante y prejuicioso para con su propia familia?
Pensaba que les resultaba cómodo a ellos, mirar al otro y no comprometerse, no solo no la ayudaban emocionalmente, sino que depositaban en ella la amargura de cada cosa que sus hijos hacían.
Eran arquitectos de majestuosos edificios de mentiras mientras en sus propios mundos, no estaban en condiciones de tirar la primer piedra, tenían muy poco en sus vacías vidas para contar, por eso se metían en la de los otros, en la de ella y sus hijos.
Vivían pragmáticamente. La diferencia era que el negro no pasaba inadvertido y ellos ponían todo debajo de la alfombra, ocultando sus propias miserias.”
¿Quién tenía la fórmula para decir que era feliz? La solidaridad era algo que ellos desconocían, aprendí de las palabras sabias de la abuela que un pequeño río se puede dividir en muchas cascadas, alguna les tocara tener que resolver alguna sorpresa la vida les tiene preparada, no se equivoco
Me sentía incomoda al revivir este momento de la película.
De ellos solo recordaba sus espaldas, negando ayuda y a mis tías chicas al lado de mi abuela conteniéndola.
¿Sería igual que en la exitosa Infancia Confiscada?
De alguna manera muchas historias cruzadas eran semejantes. Pero no había dos historias iguales. La mía era única. Única las de mis tías y Doña María era una de las protagonistas en está parte de los recuerdos del ayer.
Habló de sus hijos y su nuevo estado civil
“Apoyada en este pensamiento recordaba como fue la crianza de sus hijos. Despertaba de la pesadilla del cambio de su estado civil. Ahora era viuda.
Esa palabra la paralizó, pero la vida continuaba, se dijo a modo de consuelo, sabiendo que la inercia no la conducía a nada. Entre la angustia y la realidad se daba cuenta que tenía un camino muy largo por delante. Debía terminar de criar a sus hijos y apuntalar la relación familiar. La necesitaban entera y de a poco lo consiguió, aunque ella comenzaba a mostrar facetas de angustia y depresión que tal vez pudiera superar, o tal vez necesitase ayuda médica.
Al tiempo que pasaba esto, sus hijos sobre todo los varones, le hacían pasar momentos, algunos graciosos, otros desconcertantes. Se detenía con cada uno, para hablar con ellos, sintiendo, al hacerlo, que le daban la dosis de vitaminas que su triste y cansada alma estaba necesitando.
Con la certeza de la melancolía, añoraba la compañía de su marido, y pensaba en algunas anécdotas del pasado, cuando todavía estaba vivo. No era sencillo recomenzar sola con sus cuatro hijos.
En aquellos tiempos, pensaba que el negro era un chico bueno, mujeriego nato, tenía novias por todos lados. Para estar con ellas se “rateaba” de la escuela. Recordaba cuando su difunto marido, lo siguió un día, y al ver que no entraba al colegio, lo esperó en el lugar donde sabia que su enamoradizo hijo frecuentaba con la noviecita de turno. Al verlo aproximarse, se escondió detrás de un árbol. Cuando el negro estaba acaramelado, se paró frente a él, no solo para mirarlo fijamente, sino para correrlo con el cinturón casi cinco cuadras. El caramelo terminó en una paliza. Esto no puso freno al galán del barrio, que le jugó una apuesta a su tía, hermana de su madre. Se comprometió que durante una semana le llevaba una novia por día. Ganó la apuesta y consiguió los zapatos tan deseados que eran el premio para el ganador.
Tenía con que presumir .Era bien parecido, seductor por naturaleza y muy buen adulador. De piel trigueña, sus ojos eran un arma de conquista, con su mirada profunda y tierna, sabía que era infalible a la hora de los noviazgos.
Muchas veces la utilizaba en momentos de peligro, poniendo cara de carnero degollado y le perdonaban todo. Ese fue parte de mi error. Lo sobreprotegí demasiado, la intención era buena, pero no me salió bien, se recriminaba al reflexionar Doña Maria.
El segundo de sus hijos, era muy tranquilo, bueno para los de afuera, muy sociable y de carácter alegre y vivaz. , con ella bastante trasgresor, era el único que la tuteaba y más de una vez le decía cosas que los otros tres no se atrevían.
Quería ser famoso. Era bohemio, le gustaba la noche. Su objetivo, ser bailarín de tango. Cuando no lo dejaban salir, en complicidad con su hermano, bastante atorrante también, se escondía en la conejera que hacia a la vez de pared y llegado el momento salía del escondite y escapaba. De ahí, en más sus amigos lo apodaron conejo.
Ella no ignoraba esto, dejándolo pasar para no buscar conflictos, mediando con la juventud y crecimiento sano de sus hijos, para mantener la paz hogareña. Sus salidas eran para ir al club del barrio, donde se juntaba con los amigos a practicar tango. También participaba su hermano, porque en esos tiempos se bailaba entre varones, haciendo uno de los dos de mujer, porque no era bien visto que una dama bailara tango. Tenía una meta, que con esmero y dedicación, lo llevaría a cumplir su sueño.
La tercera en el orden de nacimiento, era su hija Ana, poco dada, nada sociable, parecía haber nacido en el hogar equivocado.
Se veía lejos de la familia, fría y distante, pero muy compañera de su hermana menor. Siempre fue la distinta, apoyando a su madre pero no a su hermano mayor. Por años no se hablaron, y eso terminó mortificando el corazón de su madre.
Ana no era mala, al contrario tenía muy buen corazón, tomaba distancia de los dolores, aunque los mismos estaban igual en ella, solo que se ponía una coraza para no sufrir más de lo necesario. Quería a su hermano, pero esta actitud, era su manera de preservarse y preservar a su mamá
La cuarta muy pegada a su mamá, simpática, conversadora, sociable, le gustaba mucho la lectura, sustentando sueños y esperanzas que alimentaban los días de su vida. Era su costumbre casi diaria, leer antes de dormir, acompañando el momento con una taza de leche tibia.
En un momento dado los reunió a los cuatro para hablarles de lo que sentía por ellos.
Les dijo sin titubear, siempre los apoyaré en los proyectos, ustedes sigan hacia adelante no detengan la marcha, tiempo perdido no se recupera mas, a todo llegarán mientras les pongan alas a los sueños, aunque los míos se están apagando, ustedes igual luchen por los propios, no crean que soy generosa porque les hablo así, soy realista, se que les genero energías que no tengo como cuando tenía sus años.
Me tocaron momentos duros como a ustedes hoy con la muerte de papá, más nunca deje de sonreír, haciéndole frente a la adversidad.
Es inteligente lograr eso, porque aunque él dolor esta, hay que ayudarlo a que pase rápido.
Nunca prometan lo que no van a cumplir, porque es meterse en deudas que nunca saldarán, ni aun con las disculpas.
Lo malo de hoy es el bienestar de mañana. Solo hay que saber tener paciencia, no dejen que la tarde les robe la mañana, tarde significa haber perdido un tiempo precioso, decía.
Todos nos equivocamos, no le teman a eso, pobre aquel que no comete errores .Significa que nunca hizo nada. Ustedes tienen que hacer mucho, siempre tengan presente que ninguno es dueño de la vida de otro.
Aprendan a ser ustedes mismos sus propietarios, con eso ya tienen bastante para hacer, los otros con sus vidas que hagan lo que quieran.
Somos espejos de cada defecto o virtud que aceptamos o rechazamos viendo al otro. Todos nos parecemos. Pero somos únicos e irrepetibles.
No soy la madre perfecta. Les entrego de corazón lo que puedo y como puedo.
No me juzguen por eso, soy lo que soy por la suma de lo que hice en mi vida.
Nunca resté ni dividí siempre con él signo más, que es sinónimo de multiplicar. Eso hijos míos es “vivir”.
Espero que estas humildes palabras nunca las olviden.
Yo tampoco olvidaré que se las dije. Gracias por ser mis hijos .Son lo más bello que la vida me dio.
Les hablo porque el amor, busca al amor, así como los pies se buscan para bailar, los labios para besar, los brazos para abrazar, mí corazón busca el de ustedes para que latan juntos y retumbe el sentimiento más noble de amor que siento por ustedes, dijo con lágrimas en sus ojos.
La familia se fundió en un solo abrazo, nunca como ese día, estuvieron tan unidos.
Hay palabras que en el momento exacto, producen un doble impacto, de amor y sabiduría.”
No quiero llorar pero lloré. Cuando estoy sola en casa como hoy, las palabras de María resuenan en mi cabeza. Una sabia anciana como ella, seré yo algún día…espero que si
Llegaron mis hijas por un rato al verme tan triste no me reconocían al preguntarme que me pasaba les dije nada ¿como nada? bueno estoy recordando cosas de mi vida casi al unísono me decían que todo el tiempo estaba con lo mismo. La misma cantinela, como una letanía. No es sencillo borrar de un plumazo el pasado. Dice el tango tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve.
Por suerte se fueron enseguida y yo seguí en lo mío de algún modo quería exorcizar ese ayer de idas y venidas
¿Cuándo dejará de volver, una y otra vez, cuando? Enseguida pensé el día que decida cerrarle la puerta
El Negro, regresando entre las sombras de la tarde que avanzaban inevitablemente................
Al entrar el Negro en la policía, también ingresó en un camino sin retorno. Con su amigo, fiel compañero de sus desdichas, tenía corazón de oro. Se dejo llevar por los consejos del que le fue diseñando su nuevo camino, este compinche, al fin y al cabo, no tenía nada que perder, el negro si. , engañado por este, se dejo llevar, al mismo tiempo que sus días, fueron un infierno para el también, se estaba hundiendo como naufrago a la deriva, fue navegando como podía, entre oleaje y oleaje se desvanecían sus propios sueños.
Era un tormento para su madre esta extraña relación con su compañero. Ella tomó conciencia, descubriendo que los murmullos de sus conversaciones con sus hermanas, que en su momento parecían mal intencionados, tomaron forma en la realidad de los hechos, al sentir en carne propia lo que él hacia. No la dejaba en paz, sufriendo sus hijas también.
Nada fue fácil. Él era como ella, guardaba sus penas. No contaba lo que le estaba pasando y lo manifestaba llamando la atención, no solo de la familia que vivía al borde del abismo, sino teniendo actitudes inexplicables y desaprensivas con ellos. Les despertó el miedo por culpa de su compañero y oportunista, que con los años, también lo condenó a perder el trabajo en la Policía.
Deambulando hasta encontrar donde poder ejercer su oficio, era carnicero, así fue, que consiguió un trabajo, pero al poco tiempo lo perdió. Pasó rodando y rodando como un balón que giraba sin poder entrar al arco para conseguir el gol tan ansiado con el cual ganar algún partido importante en su vida. No encontraba la flecha que lo guiara al objetivo, siendo muy difícil si el no se decidía abandonar a su amigo, que a esta altura se había transformado en un intruso el que nadie lo podía arrancar de raíz de la vida del negro. Esos años, fueron terribles, la madre le tiraba plata en el piso y ponía el pie encima para que sus hijos no vieran. Ella lo ayudaba, no soportaba verlo con necesidades, menos sabiendo que sus nietos estaban en el medio
Al hermano lo tenia de socio vitalicio de su billetera, cuándo perdía los trabajos por su inconstancia.
Al igual que su madre lo quería mucho y lo ayudaba aunque sea con monedas por los nenes, lamentaba lo que le pasaba, pero el negro no oía a nadie
Por lo tanto sus consejos tampoco surtían efecto, se endeudaba y todos le ocultaban esto a Doña Maria
Mientras tanto la nieta crecía en medio de tormentas y terremotos familiares
Encontraba un remanso de paz en la casa de su abuela. Con ella recuperaba un poco de su infancia, una infancia que parecía no pertenecerle, a ella, como tampoco le había pertenecido a su abuela.
En la casa de ella era feliz, dé tanto en tanto en alguna fiesta aparecía un juguete, nunca tuve fiesta de cumpleaños, pero tampoco me falto un bizcochuelo con leche chocolatada para no pasar por alto ese día que como cualquier chico lo espera, eso si, Doña Maria siempre le compraba lo mismo bombachas, un día Luz le pregunta ¿porque me regalas siempre lo mismo? la abuela sonriendo le dijo porque en la vida hay que tener la cola tapada, claro a eso se sumaba un pulóver tejido, siempre del mismo color verde agua o rosa viejo, qué en combinación con mis tías terminaban haciendo un conjunto completo ya que Tía Ana me cosía las polleras, esté mundo cambiaba rotundamente en horas ya que Luz vivía dos vidas distintas en las veinticuatro horas que tiene el día, acá era la chiquita y allá era la adulta.
Ese retrato creo que hay que romperlo, llego la hora de agarrarme de la experiencia y mirar con ternura todo lo vivido, cambiar no se puede cambiar, no reproché ni voy a reprochar, si Dios se detuvo en mi para darme esto, fue porque me vio capaz de poder afrontar la debilidad que otros padecían, alguien siempre tiene el timón del barco, quizás fuera de edad me toco a mi, pero me preparó para ser la capitana que supo marcar mi ruta de navegación para que no me hunda, ella sos vos mi dulce y querida abuela.
Como estamos vos y yo acá contándonos las historias, te cuento la mía que te pertenece a vos, no me hagas trampa, no te escondas para escuchar, mira que te conozco, oíste Doña jajajaaja. Eso te molesta ¿cuantas veces dijiste doña es tu hermana? No me mires así. Es un chiste. Te queda linda esa cara de enojada. Reite, yo también voy a ser Doña algún día. Ahora te haces la orgullosa, sé te nota que te tentaste de risa ¿mírala vos a la doña, mostró la hilacha jajajajajaja.
¿Seguimos?
Amiga y confesión
Amiga mía. Vos también tuviste un papel importante. Éramos libres entonces pese a todos los problemas. La tarde moría lentamente. El viento había despejado el cielo, agitando las nubes hasta hacerlas desaparecer. Amiga. Nunca te olvidé ni te olvidaré. Me ayudaste a que los días tuviesen sol, aunque las tormentas arreciaban en mis días, nuestros juegos eran paraísos encontrados.
“La nieta tenía una amiga en la cuadra. Se veía feliz. Pensó que con ella, había encontrado su lugar para poder ser niña. Eran muy ocurrentes, casi impredecibles con sus salidas espontáneas.
Un día se les ocurrió escribir cartas de amor anónimas a los chicos del barrio, luego de garabatear las esquelas, mojaban con gotas de aceite el papel, simulando lágrimas de amor. Estaban pendientes de la llegada de ellos los carteados, a sus casas, para ver que hacían. Jamás se enteraron que pasaba. Se divertían imaginando las caras de sorpresa y desconcierto de sus “enamorados”. Era una diversión sana y que las invitaba a soñar.
Otro día se metieron en la pileta de lona, que había en el fondo de la casa de su amiga, e hicieron tanto lío, que la hermana, un poco mayor que ellas, las puso enseguida en vereda.
Las mandó secar y como una maestra auténtica, les enseñó cosas de la escuela. Les dio una gran cantidad de cuentas como castigo, porque sabía que eso era lo que mas les dolería. Gracias a ella, nunca se olvidaron de las mismas. Era buenísima y justa, algo difícil de conseguir.
En la casa de Silvia no entraba cualquiera. Era una familia muy educada donde nunca se escuchaba hablar de nadie, ni preguntaban nada, porque aceptaban las reglas de la vida, haciendo respetar sus propios valores.
Vivía con sus padres, sus hermanas y abuelos. No siempre podían jugar en su casa, pero cuando lo hacían, no se privaban de nada, ya que cada encuentro era un enigma, una fuente novedosa de imaginación .Jugaban, saltaban, reían y el mundo en el que pasaban esas horas era un paraíso. Con ella tuvo lo mejor de su niñez.
Era la menor de cinco hermanas. Como había poca diferencia de edad con sus tías, era lógico pensar que dentro de la casa de su amiga, había una amiga en cada una. Así fue que tías y sobrinas compartían el mismo lugar.
Con distintas hermanas, Silvia era un sol, no solo por lo rubia, sino por sus sentimientos eran como el yin y el yan una blanca, la otra negrita.
Parecían siamesas, juntas, listas para reír y para hacer travesuras según la ocasión. No era casual…que desde siempre se hubieran elegido. Se reconocían y fortalecían cada una con lo suyo. Se identificaban, manteniéndose unidas por ese lazo de amistad fuerte, porque tenían la raíz de los árboles nobles y sólidos, de donde se extraía la buena madera.
Eran habladoras, juguetonas, hacían planes, soñaban, cantaban, se enamoraban de amores invisibles, qué terminaban siendo visibles a los ojos de la ilusión. Cuando juntaban esas cabecitas soñadoras, de ellas brotaba el fuego y la fuerza de las esperanzas y soñaban sueños que alguna vez se cumplirían. Festejaban, gozaban, inventaban, volaban como pájaros en busca del cielo, del horizonte. Se peleaban jugando, se consolaban, rezongaban, pero terminaban unidas, entre risas y abrazos.
El padre tenía un vivero en el mismo domicilio, y además vendía plantas en la feria. Hombre muy trabajador, fue el único que siempre rescató del chusmerio al negro. Sabía que no era malo, que en el fondo estaba muy solo, del mismo modo vio a su hija Luzvida.
Por ese motivo, al ver que se llevaba tan bien con su hija, siendo imposible separarlas, encontró una manera de tenerlas juntas pero ocupadas. Sin darse cuenta les inculcó el amor y culto al trabajo, poniéndolas como ayudantes en el vivero, a ordenar las macetas por tamaño. Cuando terminaban, les daba una moneda de 25 centavos. Otro día limpiaban bulbos. Luego de un tiempo, consiguieron llenar una alcancía que les había regalado el padre, que desbordaba de monedas. Eso les permitió programar salidas. La chiquita fue a lo de la abuela y le contó que pensaba ir al circo con la amiga. Estaba de moda usar los zapatos con taquitos de unos dos cm. de alto. Ella los quería y la abuela no se hizo rogar, dándole el gusto. Cuando se los puso, comenzó a caminar marcando el paso para que se escuchase el ruido de los tacos. Estaba tan feliz que no hubo vecino que no visitara para
Mostrarle su trofeo, su amiga incluida. Fueron al circo, a tres cuadras de donde vivían. Para acortar camino al regresar, se metieron por un terreno baldío con tanta mala suerte que perdió el moño del zapato. Tardaron mucho tiempo buscándolo sin éxito. El moño nunca apareció, pero la abuela, preocupada por la tardanza, al verlas tan acongojadas, lejos de retarlas, terminó riendo con ellas.
Las cosas se complicaban cuando por alguna razón las amigas no estaban juntas. El aburrimiento convertía a Luzvida en la más terrible. Tenia claro que en lo de su abuela contaba con amor y eso la hizo muchas veces abusar de su paciencia, porque era bastante traviesa .Un día tapó la rejilla del patio con almohadones, abrió la canilla y con el agua de la manguera, transformó aquel lugar en una piscina. Se deslizaba con las rodillas de punta a punta del patio. Cuando se levantó de la siesta, la abuela no sabía si matarla o reírse. Esta vez no hizo ninguna de las dos cosas, simplemente la ignoró por un rato largo.
La pequeña no se amilanó. Abuela y nieta se miraban de reojo, sin palabras. Ella fue a la cocina y regresó con el blanqueador para limpiar lo que había hecho.
No sabia que debía enjuagar mucho para remover el limpiador y dejó todo el patio blanco. Entonces la abuela se enojó, de manera dulce, pero firme.
La nieta le dijo-No me gusta que no me hables. Quise limpiar para que te pongas contenta, pero no sabía como hacerlo.
Hice lío, pero no quería enojarte. Lo de la pileta fue porque se que no podes comprarme una, le dijo
La abuela entendió porque había hecho todo aquel zafarrancho y se fundió en un abrazo con ella y dando por terminado el asunto.
Más tarde vino la amiga y fueron juntas a tomar helado primero escucho el reproche de Luz que le decía ¿porque siempre me das plata para compras el mas chico? La abuela muy sabia le dijo porque de está manera te podes tomar un helado por día, sí te compro uno grande, tomaras uno solo por semana, al escuchar esto Luz se quedo tranquila y se fue a la heladería
Al regreso la abuela escuchó que la amiga le preguntaba a su nieta porque a veces tenía los ojitos tristes. No le respondió enseguida. La invitó a sentarse en su rincón preferido, que era debajo del mandarino, y le contestó bajito “porque pensaba en sus hermanitos” qué en ese momento estaban solos. Tengo tanto para contarte, pero no quiero que la abuela se entere, le dijo a su amiga.
Vos sos mi mejor amiga, hizo una pausa…………….Te quiero contar, fíjate que no venga nadie, le pidió.
Astuta, la abuela se quedó en la cocina, porque la ventana le permitía oír todo sin ser vista.
Asegurada que solo Silvia escucharía comienza diciendo
Mi casa es muy particular, hay olor a soledad. Por esa razón siempre te busco.
Cuando me levanto a la mañana, nadie me acompaña al colegio. Siempre voy sin desayunar, camino las 5 cuadras con mucho frío. . Vos me ves sonriente, picara, desfachatada, pero es mi modo de defenderme de mi sufrimiento, dijo acongojada a su amiga.
Ella preguntó ¿Porque no le contás a tu abuela?
Porque ella no esta bien, no me gusta ponerla triste, mejor que me vea contenta, porque con ella soy feliz. Vos no conoces mi casa porque queda a unas cuadras. La abuela va poco, porque las tías no quieren que se enferme. Como no sabe nada, hago silencio y ella no sufre. Siempre me dice que cuando se case mi tía más chica, me trae a vivir con ella. Eso me pone muy contenta ¿para que la voy amargar?- dijo.
La abuela no respiraba para poder escuchar mejor
Cuando salgo del colegio paso por acá, veo a la abuela y me voy a casa, allá me esperan mis hermanos.
Les hago los mandados a las vecinas, me dan unas monedas, compro pan y si viene el camión del verdulero me regala una banana y la corto en cuatro, dijo.
¿En cuatro? ¿Para que?, preguntó su amiga
Porque somos cuatro hermanos y si yo me como sola la banana ellos no comen nada.
¿Quien hace la comida en tu casa? El silencio fue la respuesta. Después de unos segundos dijo. –Sabes. Mi mamá no esta nunca, mí papá trabaja, pero no alcanza para comer, no tenemos luz, porqué no la pagó. Me encantaría que alguien cocine, pero no hay gas en la garrafa. La amiga la miraba casi a punto de llorar.
No te preocupes, por suerte tengo una lata a la que le pongo alcohol que me dio la vecina y con un trapito, le prendemos fuego y calentamos el agua.
Su amiga no podía creer lo que le estaba contando. ¿En serio? …
¿No cocinaras siempre así? Comentó asombrada. Ella, avergonzada, siguió contando.
Hay un calentador pero no tiene keroséne. En la cocina no hay lugar para nada sobre la mesada. Todo es agresivo y sucio a la vista. Yo soy limpia, pero no puedo hacerlo, porque no hay jabón- dijo casi en un murmullo. Solo hay un poquito de jabón en polvo, que uso muy poco, porque con ese me baño, le explicó. Su amiga quedó atónita. A la tarde vengo con mis hermanos a lo de mi abuela y ella nos espera con la leche ¿te gusta la leche?, le preguntó su amiga.- Si, pero me gustaría hacer como vos y decir hoy no quiero leche. Pero no puedo, porque tengo hambre.”
¿Qué clase de vida era aquella? ¿Era vida? Lo era. Pero las ausencias marcaban el compás de la rutina cotidiana. Las ausencias y las necesidades. ¿Quien era realmente Luz vida?
“Luz vida era una nena que miraba con resignación el dolor en su vida, y pese a todo, en ningún momento lo hacia notar. Triste ¡si!, cuando pensaba en la situación, pero no le contaba nada a su abuela. Y le mentía para que ella no sufriese, no se merecía un dolor extra en su vida. Pero nada más, le dijo a su amiga.
Por hoy te conté bastante, Mañana sigo porque tengo que ir a mi casa. Se despidieron y marchó.
La amiga quedó llorando y sin saberlo la abuela estaba igual.
Se despidieron con un abrazo interminable con su abuela
Al tiempo que la misma se ocupaba en averiguar como era la vida de la nena cuando no estaba con ella.
Se enteró por una vecina, que le contó en forma confidencial, que llegaba a su casa y se ponía a jugar con sus amigas al elástico. Cada tanto le decían que jugara sola, que con “colitas” no la querían. Colitas eran sus hermanos menores, porque como tenía que cuidarlos, iban a todos lados con ella. Muy segura les dijo, si no están ellos, me voy. Terminaron aceptando su decisión. Llegó la cena, y la abuela no podía, después de lo que había escuchado, dejarlos sin comida esa noche. Fue hasta la casa de sus nietos y les llevó un rico puchero, sin que sepan las hijas. Desde ese día cenaron todas las noches.
Al día siguiente se encontró en el mismo lugar, debajo del árbol, con su querida amiga para seguir contándole. La amiga se adelantó con una pregunta:- ¿Tu mama donde está? No se, una vez fui hasta lo de una amiga de ella, y estaba tomando mate con galletitas. Le pedí una y me pegó por molestar. No molestaba, solo quería comer. Me volví para casa y nunca más la seguí.
La impotencia invadía a Silvia pero la dejo que siguiera contando
La habitación, donde dormía con sus hermanitos, era oscura, con 4 velas como única luz, una en cada esquina. No tenían muebles. La cama era compartida por los cuatro, cubriéndose con ropa vieja porque no tenían sabanas.
La amiga, entre incrédula y asombrada, le dijo, por ser tan lejano a su propia historia, que no lo podía creer - ¿Así dormís? , le preguntó. Si, es calentito, dormimos los cuatro juntos.-le contestó ¡Qué bien! le respondió, sin saber que era lo que estaba bien.
Por unos minutos quedaron en silencio sin saber sobre que hablar.
Repentinamente retomó la historia. Un vecino amigo, como sabe que tengo miedo, se sienta en el cordón hasta que llega mi papá. A veces, cuando tarda mi papa y no tengo con quien hablar, me quedo en un rincón. Una noche, escuché un ruido en la terraza. Para alejar el miedo, saqué la tranca de la puerta y subí alocadamente para ver que o quien había sido. Después, cuando recapacité y me di cuenta que mis hermanitos estaban solos, bajé rápido corriendo .Cerré la puerta, le puse la tranca y me quede parada de espaldas sobre ella, temerosa, impostando la voz como si fuese adulta y pregunté -¿Quién anda ahí, quien es? Nunca supe quien era, porque nadie contestó.
Ese golpe, había sido, probablemente, producto de la imaginación o del miedo de cada día, al cual intentaba gambetear con una sonrisa, pero el mismo estaba presente en cada poro de mi piel, dijo casi sin tomar aire.
Ella, cuando hablas de ella ¿Quien es ella?, preguntó la amiga, intrigada. Ella es mi mamá. Tiene cama, vieja y ruin pero cama al fin.
Durante toda la jornada nos ignoraba. Casi no teníamos diálogo. En verdad no nos tenía en cuenta. Luzvida y Silvia se despidieron. Era muy tarde.”
El ocaso del atardecer era un incendio quemando la luz del día. Infancia confiscada. El título de una película. ¿Qué nombre le pondría a su propia infancia? Mi madre siempre me torturó con sus reproches. Y tenía por costumbre, echarme la culpa de todos sus malos humores.
Lo primero que hizo al llegar, fue retarla por ir a lo de su amiga y quedarse tanto tiempo, reprochándole que había sido la promotora de su mal humor. Respetuosa como siempre, no le contesto, pero sabia que algo mas después de ese enojo pasaría. Callaba, más que por rebeldía, porque sentía mucho miedo.
Así fue, que al otro día, mientras jugaba con su hermanito, él se atoró con un juguete, llegando la venganza, injusta venganza de su madre.
Casi enceguecida le pegó en la espalda con un secador de piso, quedándole clavado en la espalda la parte puntiaguda de metal.
Justo en ese instante entraba su papá, y de nuevo, lo que ella quería evitar, la pelea, recomenzaba.”
En el fondo, muy en el fondo, la responsabilidad era de ella, o de los dos. En mayor o menor medida. Pero ella no me soportaba. ¿Me quería a su manera? Quién sabe si alguna vez me había querido.
Tal vez lo único que buscaba era su juventud perdida. Asumir el rol de madre no era lo suyo. ¿Lo sería alguna vez?
“Siempre iba a la iglesia, pero primero pasaba a jugar en la plaza. Pateaba las hojas de otoño, hasta hacer una montaña con ellas. Luego tomaba un puñado y las tiraba una por una, pensando en su mamá, preguntándose:-¿Me quiere, no me quiere?
Cuando llegaba a la última, si salía NO, iba a la iglesia, y en el cuaderno escribía “que mi mama me quiera” .Sentía vergüenza y dolor que su mamá no la quisiera. Para que nadie se enterase, cuando escribía en la parroquia firmaba con otro nombre. Todas mis amigas eran queridas por su mamá, menos ella.
Ese día, Luzvida, había descansado de su papel de mamá y podía hacer lo que quería. Ir a disfrutar a lo de su abuela, donde había un lugar de abrigo y privilegio para ella. Le permitía ser la nena, su querida y pequeña nieta, y no la adulta que a cinco cuadras tenía que ser.
Hasta que una tarde, mientras regresaba a su casa, al entrar a la habitación de su madre la ve con los ojos en blanco. La cara torcida y espuma en la boca. Empezó a los gritos, MAMÁ, MAMÁ. Llegó su papá, encontrándose con el doble cuadro. Su mujer intentando suicidarse y su hija, de tan solo ocho años, ¡viviendo aquella escena terrible!
Pasado el susto, lógicamente intervino un hospital. Cuando todo parecía en calma, apareció la frase mas dura que había escuchado como espectadora y que la nena nunca esperó. Una pregunta y contestación cruel de la misma persona.
Le dijo la madre, aun convaleciente.
-¿Sabes porque quise matarme? No le dio tiempo a ninguna respuesta.
-Por vos, que te pareces a tu padre.
Por primera vez le gritó:- ¿PORQUEEEEEEEEE? SI YO TE QUIEROOOO.
-Vos no me entendés. Soy chica, quiero solo tu abrazo, nunca me abrazaste.
Su madre no le contestó, cayendo en un profundo sueño, producto de la medicación.
Desde aquel nefasto día, la abuela, conocedora de la situación, tomó otra actitud.
Sin descubrir que sabía el secreto de su nieta, y para alegría de ambas, comenzó a llevarla más seguido a dormir a su casa.
En la vida de Luz vida, el referente era su abuela, a la cual le ocultaba todo, porque no quería que ella sufriera.
Hasta que la chiquita rompió el muro del silencio y todo cambió, por amor a sus hermanos sacrificó su infancia y por amor a su abuela, siempre reía
Pasó el tiempo y como era de suponer, Doña María intentó poner las cosas en su lugar.
Sin que le temblara la voz, habló con su nuera y le dijo: -¿Que estas haciendo con mis nietos?
Las palabras no llegaron a su corazón. Quizás nunca había definido su rol de madre y creía que era la consentida del negro y el la defendería de todo. Fue madre demasiado joven y luego hizo las cosas sin medir las consecuencias. Así dejaría que Doña María se despachara a gusto, total, le entraría por un oído y le saldría por el otro.
Le dijo, a modo de propuesta, que buscase un trabajo durante el día, que ella se haría cargo de los nietos, a lo que ella se negó rotundamente.
Su objetivo era otro. No tardaría en demostrarlo. A pesar de la escasez de dinero, que en la mayoría de las veces no alcanzaba para nada, la nuera tenía el cabello como para ir de fiesta. Y también estaba con las uñas impecables, señal que no hacía nada en la casa. Ese desvelo por cuidar su apariencia era lo que se convertía en hambre para sus hijos.
Mientras tanto, se casó Ana, una de las hijas de Doña María, fue una fiesta soñada Luz se sentía una reina la habían vestido como una princesa, al tiempo Ana queda embarazada esa noticia la desestabilizo a Luz, los celos con respecto a la abuela no se hicieron esperar, doña Maria hacia toda una ceremonia para armar el ajuar del nieto en camino, se sentaba se ponía un trapo blanco en su cuerpo para proteger el tejido de las manchas y dale que dale con las agujas, cuando terminaba guardaba todo para continuar al otro día Luz le buscaba el tejido y que hacia ,le destejía parte de lo adelantado parecía Penélope hasta que un día con su ternura singular le pregunto a Luz ¿porque haces esto? La chiquita le respondió porque me vas a dejar de querer cuando nazca, ella con toda su paciencia le dijo: el amor es como el elástico alcanza para todos, esto no la convenció mucho, igual siguió manifestando celos, el día que nació todo cambio, Luz amaba a su primo sintió que el no le robaba a su abuela y se quedo tranquila.
Esto no era novedad para la abuela ya lo había vivido con otras travesuras estropeando cosas de Julia con la que se amaba mucho, pero los celos estaban ahí y los mismos hacían con Luz de las suyas ¿te acordás abuela? Dale decí algo estamos las dos acá solitas recordando
Paso el tiempo Ana con marido y su hijo se fueron a vivir a Mar del Plata. Las cosas no empeoraban ni mejoraban. Estaban en un impasse, como un intervalo en medio de la tempestad.”
Permanecí en la oscuridad. A pesar que la noche había cubierto el departamento, llenándolo de tinieblas, no encendí las luces. Me sentía como el negativo de una foto, que necesitaba de la luz para ser revelada. ¿No era en la oscuridad donde se miraban las películas, para que iluminar el living, si yo veía todo en la pantalla? veía todo. Y más de lo que quería mirar.
LAS FOTOS
“Ante la sorpresa de todos, un día decidió aceptar una propuesta y tomar un trabajo durante la noche, para cuidar un anciano. Dijo que pagaban muy bien y que el sacrificio valía la pena. Afirmó que había llegado la hora de ayudar a sostener la casa.
Al negro le llamó la atención este repentino cambio porque la conocía y olfateando algo extraño y dudando de tantas incógnitas la siguió una noche
Al mismo tiempo habló con su amigo, el fotógrafo de la iglesia del barrio, para acompañarlo al lugar del trabajo de su mujer, para fotografiar y documentar, si hubiera algo fuera de lo normal.
Las sospechas serían develadas para bien o para mal, pensó el negro.
Su intuición no le falló. La siguió hasta el barrio de la Boca, donde proliferaban las cantinas en aquellos tiempos. Lugares de reunión de turistas y de trasnochadores, que se dedicaban a vivir de farra en farra.
Y entonces la vio a ella, en una situación nada agradable, comprometida con otro hombre. Le sacaron fotos. Su amigo tuvo que detenerlo justo en la puerta donde estaba cenando su mujer, porque a pesar de lo que habían hablado, estaba a un paso de entrar y estropearlo todo. Le dijo, deja, no te ensucies, no vale la pena, pensá en tus hijos. Le hizo caso y los dos se retiraron a revelar las fotos al laboratorio. Hicieron el trabajo de revelado apenas llegaron, porque el plan tendría de esa forma un efecto contundente. Había llegado el momento de enfrentar la dolorosa verdad.
Las fotos estaban listas y el negro se apresuró a llegar a su casa, dejando las pruebas a la vista, sobre la mesita de luz.
Al llegar ella con cara de cansancio, se dirigió al dormitorio y vio lo que le había dejado.
Ella tomó distancia, y con voz dubitativa, preguntó: ¿Y esto?
-Eso quisiera que me expliques, le dijo el negro.
Ella, se hizo la ofendida al verse descubierta y comenzó una pelea, argumentando que justo esa noche, habían concurrido a una fiesta de la familia del viejo, a la que la habían invitado. Y, aprovechando que los chicos se habían despertado con los gritos, argumentó que estar en una cantina no probaba nada. Simplemente le había tocado una noche de distracción con el viejo que debía cuidar.
Pero la mentira se hizo insostenible.
- A mi no me controla ni vos, ni nadie. Hacete cargo de tus hijos. Yo me voy a hacer mi vida, dijo ella, mientras preparaba una valija con muy pocas cosas.
El negro la abrazó, intentó detenerla y consiguió que se fuera a dormir.
Pero en la mañana del día siguiente se levantó temprano, a eso de las cinco de la madrugada y su hija mayor, desde su cama, escuchaba como su padre le decía, pensá en los chicos, no te vayas.
En medio de este torbellino de sucesos, ella saludó a los tres mas chicos, que todavía dormían y la mayor que estaba despierta, pero se hacia la dormida, no recibió beso de despedida.
El negro fue hacia la ventana y la vio alejarse, mientras amanecía. Como quien ve un maremoto en altamar, desarmado y destruido, lloraba…La hija mayor, al escucharlo, se levantó lo abrazo y le dijo, déjala, no sufras, sí no estaba nunca, ella también quería llorar, tenía motivos suficientes confirmaba que su madre no la quería con la falta del beso de despedida, y asumir que tenia que sostener a su padre para que no se quiebre
A partir de ese día y pese a tener muy pocos años, ella pasó a cumplir el rol de la madre ausente, a tiempo completo. Tal fue el grado de autoridad que fue ganando con los meses que la hermanita mas chica le decía, mami.”Al mismo tiempo que el amigo del negro por un tiempito fue suspendido, dé manera firme por su hija, logrando de este modo no convivir con ese destructor, Luz tenía adoración por su padre, cuándo estaba jugando en la calle y lo veía venir corría a su encuentro como quien veía a Dios, el era ternura franca con ella, nunca le pego, la defendió de la Verduga que sabia que con ella en tiempo pasado había sido su ex mujer, nunca perdió su parte paternal, no sabia resolver era cosa muy distinta, qué ser desalmado al contrario el iba a todos lados con sus hijos, equivocado o no fue humanamente con los afectos un gran padre, no es que uno termina teniendo el síndrome de Estocolmo, no, el no podía con el ¿como podría con cuatro hijos?
Yo necesite un padre, los roles se cambiaron, terminé siendo guía de mi padre eso no resto nada en mi, amor por el sentiré siempre, al fin y al cabo se caso joven, inmaduro, con miedos, aunque debo reconocer que el no debía ni tenia derecho a manipular los afectos de sus padres y hermanos al fugarse ,ella quizás con su historia tenia mas motivos para escapar de su hogar, no la estoy justificando a mi edad ya veo el sol entero, viví años intentando taparlo porque no podía entender su accionar como mamá, el dio mas no porque era mejor, sino porque fue un hombre que siempre recibió amor este hilo invisible marco a cada uno su conducta.
Los abandonos producían traumas psicológicos en los más pequeños
La primera pregunta que me hice, mientras analizaba lo que revivía era: ¿Porque siempre pagan los más débiles?
¿Cuál era la respuesta adecuada? Parecía difícil encontrarla. Desde luego continuar rascando y rascando la tostada o en el fondo de la olla, no conducía a nada. La cuestión era seguir mirando y extraer lo que mas me impactaba. Al tiempo que también pensé en esa mujer, que creyó que la felicidad consistía en hacer lo que quisiera, solo por el hecho de ser joven, sin medir las consecuencias de sus actos, abandonando a sus pequeños.
“A los dos años regresó con el caballo cansado, pensando que nadie había podido hacerse cargo de su rol de madre y que la recibirían con los brazos abiertos como si no hubiese pasado nada. Una especie de madre pródiga.
Acá venía otra pregunta clave:- ¿Qué se hacía en estos casos? Si uno es distinto, seguro le extenderá la mano, pero si uno no la da, si uno perdona, pero no olvida, ¿qué pasa? ¿Quien puede revertir lo malo, cuando no tiene remedio?
¿Hasta que punto estaba mal pagar con la misma moneda?
Si ella no sufrió los días sin ellos, si no estuvo las noches con fiebre cuando hizo falta. ¿Por qué pensó que todo sería como antes si volvía?
Aquella casa había quedado como cuando estaba ella, vacía, con su partida, no había cambiado, lo que si cambio fue el papel de la menor donde esa niña se hacía cargo de sus hermanitos y de su padre, a la que cada tanto ayudaba su abuela. ¿Pero hasta cuando soportaría la madre- niña esta situación, solucionando los problemas hogareños?”
REGRESOS
“Volver con la frente marchita, las nieves del tiempo platearon mi sien”. En mi cabeza, la canción retumbaba, como música de fondo de la película de mi vida. ¿O estaba en el cine, mirando Infancia confiscada?
Quizás fuera un excelente título, para muchos Films. ¿O era en verdad mi propia existencia que volvía, inexorablemente, a pesar mío?
“Cuando regresó no desconocía lo que habían pasado sus hijos, como tampoco ignoraba las lágrimas que esos niños derramaron por ausencia de su verdadera madre y aún así, siguió haciendo su vida hasta que el hilo del carretel le marcó el fin del mismo. La vida no es eterna, la juventud menos.
¿Le importaba o no?...
Los círculos no cerraban. Era común, desgraciadamente, que las personas de buenos sentimientos y voluntad incansable, sufrieran dos veces más que los otros.
Los egocéntricos, que solo pensaban en sus caprichos y creían ser el centro del mundo y no eran más que un montón de vacío, de juventud no vivida, de amor precario, sufrían menos. O tal vez, tenían el mismo dolor, pero lo ocultaban tras la máscara de su desamor.
Mientras miraba la película, pensaba como explicaría porque los había abandonado. Y mientras el film continuaba, pensamientos confusos se entremezclaban con las imágenes de la pantalla y de su propia vida.
Regresó por poco tiempo. Nada era como antes. La trataron como lo que era, una extraña, alguien que no encajaba en aquella casa. Hasta que un día se fue definitivamente.
Al mismo tiempo, Dona María, abrumada por la partida de su nuera, por la depresión, algún que otro olvido y viendo sus hijas, que en el día a día empeoraba, decidieron ponerle punto final a tanto martirio y la llevaron a Mar del Plata.
María no estaba convencida del todo. Todavía se sentía útil para cuidar a sus nietos y a su hijo, pero fue casi obligada a irse, ante la insistencia filial, aunque su corazón y sus pensamientos nunca se marcharon del todo.
Ella estaba incompleta, como si le faltase algo. No se despidió, pensando que volvería en un corto tiempo.
Luzvida fue a su casa de visita, como acostumbraba, y al llegar notó algo extraño. La puerta estaba cerrada con llave. Se desesperó, pensando lo peor. Tocó el timbre una y otra vez, y luego de un buen rato, la atendió su tío y le preguntó por la abuela.
Su tío le dijo: Como ¿no sabias? La abuela se fue a vivir a Mar del Plata.
Luz le grito, no mientas ella no me haría algo así.
Si, se fue a vivir a lo de tu tía Ana. ¿Porque voy a mentir?, dijo su tío.
Ella, llorando, con la congoja que marcaba el dolor de lo perdido regresó a su casa, encerrándose en la habitación, llorando sin consuelo. Se durmió, con la convicción de estar en el límite de sus fuerzas, sabiendo que no podría soportar otro abandono.
Días mas tarde, su papá ,al ver que también se había quedado sin nada, decidió mudarse con Luz y sus hermanitos a la ciudad bonaerense de 25 de Mayo, como si al irse cambiara su mochila, qué sin darse cuenta , había cargado de tal manera, que todo lo que pasaba era producto del intruso el cual nunca lo dejo alejarse.
Pasaron tres meses de penurias y al no pagar el alquiler, se quedó en la calle con los hijos. El dueño de la casa, le había retenido sus camas y pertenencias, a cambio de lo que le debía de los meses atrasados de alquiler
Regresaron a su casa en la Capital, pero al llegar se encontraron con malas noticias. No tenían muebles ni nada, Fue así que los sorprendió el invierno con la poca ropa que habían traído cada uno. Armaron un colchón y como
Frazadas y cobertores, usaban bolsas de nylon, algo ingrato de soportar con las bajas temperaturas del frío y desolador invierno.
Comían de tanto en tanto un poco de pan y mortadela. La inquieta Luz rompió la pared de su vergüenza, ante el hambre atroz que estaban padeciendo ella y sus hermanos, y tocó el timbre en las casas de sus amigas de barrio.
Yendo primero a la casa de Chiquita, una de las vecinas mamá de sus amigas, le pidió una flautita (pan).
Además de darle pan, cuando podía también les daba sopa. Muchas veces se acostaban con dolor de estomago por el hambre. Era un dolor fuerte acá, recordaba con tristeza Luz vida, señalando la boca del estomago. La situación era insostenible, pero la chiquita la manejó como un piloto de avión en medio de las tormentas.
El destino ý la caridad de personas solidarias, ayudaron a Luz vida en su titánica tarea. De todos modos ella no dejo de ir al colegio se sentía protegida por unas horas
El director del colegio a donde iba, era el maestro que había tenido su padre.
Tomando coraje, encaró hacia la dirección de la escuela, diciéndole:-Señor director. Quiero seguir estudiando, pero no puedo dejar a mis hermanitos solos. ¿Podría darme permiso para ponerlos en mi aula en la última fila y mientras estamos en clase, ellos se quedan tranquilos dibujando?
La propuesta fue aceptada inmediatamente por el director, quien también les dio ropa y comida .Tenían un perro, que como fiel custodio, los acompañaba hasta la puerta de la escuela , quedándose acurrucado en un rincón, como una bolita, esperando que salieran al terminar la jornada escolar.
Al verlos salir, los llevaba hasta la casa como un fiel amigo y compañero protector, porque cuando una de las más chicas se escapaba, corría y con la boca la agarraba, para que no saliera del camino. Era como si entendiera que formaba parte de aquella familia, protegiéndolos.
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Un día pasó la perrera. En esos tiempos, a los perros callejeros los enlazaban, llevándolos a lo que llamaban perrera, y en muchos casos eran castrados o sacrificados. Este, como sabiendo el peligro que corría, cuando lo atraparon, consiguió zafar del lazo que lo tenía prendido y se escondió. Cuando los perreros, vieron que era la mascota de Luz y sus hermanitos, no lo pudieron llevar, mientras él, en actitud desafiante, se paseaba delante de los niños, mostrándole a sus perseguidores, que el no era un perro callejero, ni un perro cualquiera, sino el custodio del clan familiar de Luzvida.
No solo sintió el dolor por la partida de su abuela, sino que no podía ver mas a
Silvia .Era demasiado. No le dedicaba tiempo a su amiga porque su rol había cambiado en un giro de 180º grados. Ya no era la hermana nada más, había pasado a ser la madre de su padre y sus hermanos.
Una noche, su papá y su hermanito no regresaron. Esto le llamó mucha la atención .Él tenia ese amigo cruel que lo manejaba, pero a sus hijos jamás los dejaba solos, menos de noche. Al otro día, sin tener noticias, se acercó al colegio y comentó lo que pasaba. Las autoridades se comunicaron con la familia materna, la misma que nunca había aparecido. Demás esta decir que viviendo a ocho cuadras, conoció a su otra abuela, madre de la madre de los chicos, cuando Luz vida tenía 8 años.”
PUPILA
¿Cómo fue perder la libertad, aguantar las separaciones, los abandonos que pensé no soportaría una vez más? Yo era protagonista de mi infancia, pero no en el rol que me hubiese gustado. Pero se podía ser heroína en la adversidad. No me derrotarían. Tal vez éramos muchos los que de una u otra manera, nos habían robado la infancia.
“Ese llamado no le gustó nada a Luz, pero lo aceptó porque necesitaba saber que pasaba con su papá. Los familiares maternos no tardaron en desentenderse de la situación.
Hacerse cargo de los chicos era algo que no querían ni deseaban, por lo tanto se comunicaron con Susana, la madre biológica y ella dio la orden para que les digan a sus hijos que no la encontraron. Los familiares maternos eran fríos, quizás más duros que lo imaginable, sin que se les moviera un pelo por el desgarrador cuadro .Llamaron a la asistente social de la policía. Luz vida y sus hermanos fueron llevados a un colegio de monjas a pasar la noche. Al día siguiente, el destino seria un colegio de tránsito, mientras los evaluaban psicológica y clínica-mente.
El primer día en la escuela pupila fue raro para Luz.
Un gorrión nació para ser libre. Aquellos chicos eran gorriones, pero también los pájaros necesitaban amparo y comida.
Al llegar la noche de ese primer inolvidable día, luego de cenar, se acostaron las tres juntas hasta que las dividieron, cambiándolas de cuarto por edades, Luzvida se metía en la cama y salía, jugaba con las piernas al sentir las caricias de las sabanas. Hacia tanto tiempo que no las tenia, que se había olvidado que se usaban. Esa suave y tierna caricia no la olvidó nunca, al tiempo que le decía a sus hermanas:- Vieron ahora estamos bien.
A los dos días apareció el papá. La alegría de Luz vida, era infinita y difícil de explicar. Su rostro y cuerpo, lo decían todo. Saltaba, reía junto a sus dos hermanas. Al mismo tiempo se enteraron que el hermanito estaba en otro establecimiento. El padre mostraba alegría de verlas, pero una tristeza inmensa en el alma también. Luz lo percibió y le dijo, papi ponete contento, estamos bien.
Mientras le decía esto pensaba que sería de la vida de él sin ellos.
El negro las visitaba todos los sábados que estuvieron ahí, pero luego
Vendría el traslado que marcaría otra huella indeleble.
Pasaron cuatro días y aparecieron la madre y la abuela desconocida materna .La nena tenia su carácter y las echo a las dos. Murmuraron algo entre ellas, como disconformes con las reacciones de Luz vida, marchándose.
La presencia del tío Héctor, el bailarín de la familia no se hizo esperar. Siempre estaba para alcanzarles lo que necesitaban. Además las llevaba de paseo los sábados hasta el domingo, aprovechando para visitar al hermanito. Veían como el tío ensayaba en la calle Callao 11.
Fueron acompañantes en los carnavales donde el se presentaba para hacer su show, conociendo a muchos artistas. También visitaban el canal 13 de televisión. Su tío Héctor, hacia las veces de coequiper de su hermano, reemplazándolo en el rol de padre de las chicas. A esta altura, el conejo, tal el apodo del tío, se encaminaba rumbo a su objetivo, era reconocido en el medio artístico y también cumplía un gran papel, como apoyo de su hermano, el negro. Héctor era como un segundo padre para Luz vida y sus hermanitos.
Pasados cuatro meses decidieron separarlas, cambiándolas de colegio. Al enterarse de esto, Luz vida, no pudo dormir.
Se había brotado toda, porque esta separación de las nenas, como ella les decía, le marcaría una huella de dolor sin nombre.
Era madre -hermana y en el umbral de su resistencia, estaba llegando a la frontera de lo humanamente soportable.
La abuela María en cuanto se enteró, viajó sin escalas para ver a su nieta, intuyendo que la necesitaban no hubo error en su percepción.
Luz vida estaba con 40 grados de fiebre y no lograban bajarla. En un momento, estando en la enfermería se siente el chillido de las bisagras de una puerta que se abría. Era la abuela que llegaba al colegio. Cuando su nieta la vio, salto de la cama y como por arte de magia, la fiebre desapareció.
Esa fiebre fue la manifestación de tanta tristeza. Desde ese día no hubo ausencia de la abuela y coincidió con el envío de una carta de su amiga Silvia, una mezcla de amargura y alegría había en esas líneas. Luz ignoró lo triste y vio lo que sentía su amiga, demostrando con sus palabras que la quería. Le hizo bien saberlo.
la mejor noticia era que su abuela no se iba mas a Mar del Plata, no regreso a su casa, con la tía Julia alquilo un departamento, al tiempo que su casa también fue alquilada, todo esto era para evitar tener al negro cerca. La única que tenia la dirección real de la abuela era Luz, ella supo guardar muy bien ese secreto, no quería perder a la abuela por los disgustos que él le daba.
Un sábado al salir del colegio con su papá para pasar el fin de semana fuera, se enteró que vivía de pensión en pensión.
Pero en esa oportunidad las llevó a lo de una tía que vivía en el barrio Monte Castro y coincidiendo que Luzvida estaba mostrando sus primeros brotes de adolescencia, se puso de novia a sus 13 años.
Doña María, al enterarse, se hizo millones de películas. La vio embarazada y abandonada, producto de su imaginación.
Así conoció a su primer novio. La abuela descubrió todo en una carta que la nieta le había escrito a él donde decía:
“Yo tengo miedo a tu ausencia, siento que se me corta el aire en un grito ahogado,
es solo miedo...............................se que me amas, tu alma y la mía están entrelazadas, no hay nada que temer, pero...siempre estoy alerta
el fantasma de perderte siempre esta dando vueltas. Es mi desvelo...................
no es lo que tu me das, si algo no falta, es tu entrega,
es tu corazón que canta como un pájaro, melodías de amor. Perdí tantas cosas, que este amor entró a mi vida para borrar todo lo malo, sabiendo que me amas, temo igual que me dejes”
LA TÍA JULIA
Gracias tía. Al recordarte, por vos pude levantarme y ver lo que me falta de la peli de nuestras vidas con la luz encendida. Doña María, el negro, tío Héctor,( mi otro papa)
Y la tía Julia
“Julia, la menor de sus tías, era la mediadora entre los miedos de su mamá, que le pasara algo a su nieta , ayudando a Luz que disfrute ese amor infantil , amor que la marcaba para siempre por ser el primero.
Julia la entendía, porque en la vida hay etapas que necesitan vivirse, con la inocencia y la candidez de los primeros coqueteos adolescentes.
Ella recordaba la propia, siendo cómplice y amiga de su sobrina.
Pasó el tiempo y el noviecito fue aceptado en la familia. Él era muy correcto, todo un caballero, pero Doña María lo miraba con ojos de desconfianza, nada personal. Podía ser cualquier otro y hubiese sido lo mismo. Ella no deseaba que su nieta sufriera, ya tenia bastante como para sumarle sufrimientos de amores.
El muchacho habló con su madre, consiguiendo que le dieran un permiso para visitarla en el colegio, y de tanto en tanto, podía retirarla los fines de semana, llevándola a su casa.
Así pasaron casi tres años. Fue la etapa más feliz de Luz. Tenía todo el amor y el encanto mágico, que le hacía olvidar los problemas. Las hormonas tenían ese poder, donde los colores dejaban de ser monocromáticos, para convertirlos en arco iris. Llegaron los quince años de Luz y simultáneamente los dieciocho del pretendiente. El cumpleaños de ella lo pasó en la escuela, recibiendo las visitas y los regalos de todos los que la acompañaban en este tramo de la vida la tía no olvidó al novio de Luz y le compró un obsequio para que su sobrina quedara bien con su amor. Ya tenía media medalla de oro y por lo que se apreciaba era un noviazgo firme. Lamentó no haber tenido la fiesta de los quince para su sobrina. No era problema para Luz la ausencia de ese tipo de festejo no le modificaba nada.
Ella era feliz viviendo esos momentos inolvidables.
Hasta que llegó el día que Osvaldo le pidió una prueba de amor. Ella le dijo que no estaba preparada, porque consideraba que con su felicidad le estaba dando la mejor prueba.
Él no la entendió, decidiendo dar por terminada la relación. Esto provocó un malestar en su propia familia, porque a Luz la querían mucho.
Era la hija mujer que los padres de él no habían tenido.
Aun así, ellos le siguieron hablando un tiempo, pero no mucho, al ver que el viento se había encaprichado en soplar para el lado del deseo de Osvaldo.
Cayó en una tristeza tan grande, que la depresión la llevó a solicitar ayuda psicológica.
Le dijo a la psicóloga, que uno de sus mayores deseos en la vida era ser hija única. Este sentir tan egoísta le creó culpas, que por largo tiempo anidarían en su corazón. Nunca comprendió el porque de su egoísmo. Quizás, una de las cosas que sintió fue que su novio no la dejó por la prueba de amor negada, sino por la carga que llevaba sobre sus espaldas.
Frente a esta situación dolorosa porque Luz es victima de otro abandono sin rencor le escribió:
¿Que es la vida?, la misma es… Alegrías, tristezas, sueños, sonrisas y lágrimas
Deseos que se cumplen, deseos que se truncan
Deseos que se postergan, para dar oleadas
De serenas emociones, recogidas en instantes
De amores que florecen, amores que marchitan, amores que quedan latentes, esperando,… Mansamente el regreso
La vida está dentro de la piel, envuelve Con su presencia insobornable, permitiendo, Soñar con puentes dorados, uniendo corazones apasionados impensados en la distancia, presentida, razón de vivir, esperando que la misma vida los vuelva a unir, sueños que no se derrumban, aunque al puente, lo quiera quebrar un viento fuerte. La vida encierra misterios, difícil de develar
Hay milagrosas respuestas que no se pueden explicar, un amor que ardió durante años, sin consumirse el fuego, Sin que lo dañe el tiempo, sobre vivió a la ausencia
A la distancia, al olvido, porque este amor es la propia VIDA…
Nació árbol fuerte, el viento nunca pudo lastimar sus ramas, como el junco se doblo, pero nunca se quebró se mantuvo de pie y de pie morirá, el mismo
Tiene raíces de amor, tronco de ternura, ramas de miradas apasionadas, hojas vestidas de pasión, Frutos maravillosos, con gotas de rocío, qué se deslizan suavemente desde la copa a la raíz, cubriendo al árbol de besos
Tu mundo y mi mundo, es uno solo, aquel primer beso, Marco el camino de nuestra entrada a la adolescencia
Dejo la llama encendida del primer amor que nunca se olvida, sos como un peso con alas, simplemente porque en mi vida, Has estado, con solo dos palabras me envolviste en tu piel, Confundiendo el límite del tiempo, las horas de la espera
Y del encuentro, tan solo dos palabras, este amor no tuvo Secretos fue sentimiento fresco por eso tus dos palabras, eternamente estarán en mi corazón, nunca olvidaré tu “TE QUIERO”….porque me mantuvieron de sueños la vida y no he muerto
Pasado un tiempo, no mucho, le dijo al que había sido su novio por teléfono que quería salir del colegio, porque necesitaba trabajar para ver más seguido a sus hermanos. Casi como un hermano mayor, le dijo, estás loca.
Vos no podés postergar tu vida por tu familia, tenés que ser vos misma.
Ella no le hizo caso, considerando que a esta altura, él no era quien para opinar de su vida de manera tan tajante, aunque ella guardaba muy bien lo que sentía por el de todos modos ya era ella quien decidía sobre ella, cómo el decidió sobre lo que deseaba y terminar la relación..
Habló con su padre y le contó que no aguantaba mas estar encerrada. Que por favor la sacara del colegio. Su papá le hizo caso y tramitó el egreso del lugar.
Al salir, grande fue la sorpresa, cuando comprobó que su padre, no tenia donde llevarla a vivir, porque se pasaba yendo de pensión en pensión, durmiendo de prestado. La llevó a vivir frente a su trabajo, a la casa de una gente amiga .esa casa era casi un infierno. La hija le pegaba a su madre. Luz había pasado muchas penurias y adversidades pero jamás le faltó el respeto a esa señora, ni a nadie, y menos le levantaría la mano a alguien mayor.
Conoció a un muchacho, gerente de la carnicería donde trabajaba su padre, y se puso de novia con él. Su papa, el negro, tenía el oficio de cortador de carne de media res. Luego de unos dos meses, el gerente, le propuso al padre de Luz, llevarla a vivir a su casa con sus padres. La idea no le gustó, pero era la única salida potable para encontrar una solución a lo que estaban viviendo. Mientras tanto, pensaba que el colegio no era tan malo después de todo, dudando por momentos, si su elección había sido la adecuada o no.
Así se dieron las cosas. Ella sabía que ese no era el camino que la haría feliz, pero como impulsada por una voz que le decía seguí, ella siguió. Un día, él le propuso casamiento y Luz se lo comentó a la tía Julia.
Ella le dijo:-No te cases por salvar situaciones, hacelo con la convicción que es lo que deseas, no lo hagas por otros.
Sin darse cuenta, lo que decía Luz, era una cosa con la boca, pero transmitía un mensaje distinto con la mirada.
Eso lo alcanzó a leer muy bien su tía.
Ignoró el consejo, aceptando el casamiento, aclarando que se casaba para darles un techo a su padre y a sus hermanos.
Aceptada la aclaración, se casó teniendo apenas 17 años.
Con esta actitud, consiguió que su padre tuviese un lugar donde vivir y sacar a sus hermanos del colegio en el que estaban pupilos, porque al estar casada, había conseguido la emancipación y podía ser tutora de ellos.
Al poco tiempo de casarse, Luz fue madre de su primera hija, en ella encontró el motivo mas hermoso para seguir luchando, no solo eso sino que se reencontró con su niña interior.
Mi Niña…
Estabas en tu mundo, navegando, haciendo chapuzones
Entre patada y patada te hacías notar, invitando sutilmente
A recibir una caricia a través de la piel que te separaba de tu
Mundo en gestación, al que vendrías después… el real
¡Llego el día! asomaste tu carita a la vida, ahí comenzó el romance
Tu primer mirada entre desconcertada y enamorada,
Miraste a los ojos de tu primer amor, “tú mama”,
Eras como capullo de algodón, suave y tibio, pero fuerte
Movilizaste a tu entorno, naciste en invierno, pero las cuatro estaciones
Renacieron ese día, era tanta la alegría que como magia se perdieron la noción de la noche y el día.
Fueron pasando los meses, con ellos creciste y desarrollaste
Del mismo modo te impusiste a la vida, tú primer palabra no la recuerdo
Tus primeros pasos tampoco, pero fueron firmes y seguros, en eso te luciste
Siempre supiste saltar el muro.
Llego la época de comenzar la escuela ¡que traviesa que eras! de eso nunca me voy a olvidar, siempre atenta para sorprender con tus ocurrencias, a, compañeras y maestras,
Hablabas ¡como hablabas! nadie podía controlarte, té sentaron delante frente a tu maestra y vos le sacabas conversación a ella, como si estar en ese lugar no te hiciera mella, así fue el paso por la escuela
Entre dibujos, risas y rayuelas dejaste la secuela que nadie puede olvidar
Tu sonrisa y alegría compartiendo entre amigas que aun hoy de ese modo te recuerdan
Termino ese primer romance, te soltaron la mano, como un contrato firmado con
La vida te hiciste cargo de de la responsabilidad ajena, no te amilanaste, hiciste frente al
Desafió, no sabias el final del mismo, pero siempre para delante demostraste ser fuerte
Segura, mezcla de razón y locura pero lo afrontaste
A los 17 años firmaste tu primera libreta para ser el sostén de los mocosos que nacieron después de vos
Entre juegos y responsabilidades creciste , vinieron los pañales de tu propia elección, mí niña querida, nunca perdiste el eje, seguiste afrontando y disfrutando
La capacidad de resolver, jamás quisiste volver el tiempo atrás, era tu historia y como grande entre las grandes te hiciste más grande dignificando tu existencia.
A vos te hablo mi niña, gracias por haber estado y estar en mi vida, de vos aprendí
Que con ternura todo se puede lograr, no importan los desamores, no importan las piedras que tuviste en tus zapatos, aun con ellas supiste seguir caminando y no perder
El pasó, no hubo nada que te detenga ni los fracasos. Con ellos te fortaleciste aprendiendo la lección
Contigo aprendí que con alegría, cada día es un nuevo desafió logrado
Por estar a mi lado y enseñarme a ser como soy te digo gracias otra vez, porque siendo chica me enseñaste a lo grande, no me privaste de sonreír, jugar, disfrutar, aprendí de vos el verbo amar, y lo mejor es que siempre estas a mi lado, me haces ser transparente, fresca, honesta, niña querida nunca te apartes de mí, esa niña la necesito, porque me inmunizo del mundo adulto, muchas veces egoísta y trepador, por eso mi niña te guardo en mi corazón, de tanto en tanto te busco para seguir siendo YO
Seguía la película. No era buena espectadora, pero este argumento que leí en el diario, y que se asemejaba tanto a lo que había vivido, me movilizó el corazón. Necesitaba recordar como terminaba. Es así que me acomodé nuevamente y no dejé de prestar atención.
En la sala de mi imaginación, también había un clima de expectativas. Me dije, no soy yo sola la que esta recordando, por momentos hasta sufriendo por la historia de vida de la chiquita. Así es el film que está dentro de mí y creo que también así la vida. Por esa razón sigo acá sentada, mezclando recuerdos y palabras que otros no pueden oír y que me hacen tanto bien, saliendo a la luz, ayudándome a continuar aprendiendo.
“Al tiempo nació su segunda hija como un reloj biológico maternal, nacieron las tres en Diciembre separadas por 8 días de diferencia entre fecha y fecha, es decir Luz fue madre de tres a los 20 años, mientras otros chicos a su edad estaban programando salidas para divertirse, ella les llevaba Km. de distancia metida en el mundo adulto.
Cuando su hija del medio por esas cosas caprichosas que tiene el destino, teniendo cuatro meses también se le muere el abuelo paterno, al poco tiempo se le cumple el sueño a Luz poder vivir con su abuela, la misma recupera su casa y decide que Luz que también alquilaba fuese con ella y su flia a vivir, a la casa de la abuela se sumaron todos los que estaban a cargo de Luz, no fue fácil, acá aparece con todo resuelto la fugada nuera, sé le permitió venir, y compartir las fiestas de cumpleaños porque el negro, sabiendo que ella venia se vestía con orgullo mostrándose feliz, se planchaba la mejor camisa para que ella lo viera, quizás guardaba la ilusión de arreglarse con tal de verlo feliz y sin su amigo, aceptaban todo para una calidad de vida tranquila, él se mostraba enamorado casi adolescente sabiendo que ella venia
Antes de nacer la tercera hija, la abuela fue unos días de vacaciones a casa de la tía Ana a Mar del Plata.
Ella sabia que el parto seria para enero, pero su corazón presintió que Luz la necesitaba es así que viaja para el veintinueve de diciembre.
Su amada y querida Luz estaba teniendo familia, ésa conexión transparente pero fuerte siempre dijo presente en el momento exacto
Lo bueno dura poco, estando en cuarentena de la tercer hija Doña Maria sufre una descompensación necesitando una internación. Luz, con Julia y Ana son las encargadas de cuidarla en el nosocomio, turnándose, hasta que hiciese falta...
Mientras Luz esperaba el alta de su abuela, limpió todo, enceró la casa, puso todo lindo. La abuela no llegó con tía Julia y Ana, la cara delataba que algo no estaba bien, en ese instante de incógnita pasaron por la cabeza de la nieta mil fantasías, ellas no sabían como decirle a Luz que la abuela no regresaría. Le dijo que todo estaba bien. Era el tiempo que ganaban, mientras llegaba el marido de Luz para darle la noticia que su abuela quedaría internada. La mente de la nieta se puso como con niebla espesa. No entendía el porque, hasta que se lo dijeron. Fue como una ola fuerte que la tiró sin poder desviar la angustia. Todo era gris y más gris, como que se había dado vuelta la taba. Ahora era la nieta la que tenía que ir a ver a su abuela internada, todo fue como navegar en contra del viento duro, como un círculo de coincidencias que parecían vinculantes, primero una después la otra.
Luz decidió visitarla con Julia y Ana.
Esa imagen, la del nosocomio, jamás se la borró de su cabeza. El sitio de internación, resultaba agradable, con jardín, muy luminoso, pero el entorno no era lo mismo, Luz se encontró con chicas de su edad que se mecían en si mismas, con gente que hablaba sola. Se marchó, luego del fin de la hora de visitas, con la sensación que si la abuela, que era tan tranquila y alegre, le tocó estar ahí, ella con su carga y carácter muchas veces bastante explosivo, era capaz de hacer una locura.
Al llegar a su casa le pidió a su hermana que se encargara de las nenas. Se acostó boca abajo como auto sujetándose las manos. El miedo de ver a su abuela en ese lugar, sumado a su historia la hizo reaccionar así.
Pasó el tiempo y se casó una de sus hermanas, la tercera en orden de nacimiento. Tenía una carga menos, pero………..cayó en sus manos como una manzana lo inevitable.
Se enfermó de tristeza, fue atendida por el médico de cabecera familiar y le dijo:- tenés el mal de tu familia, no mata ni vuelve loco, pero jode.
No había forma de remontar ese barrilete, era como que estaba mojado. Las fuerzas se habían agotado. Nuevamente apareció un psicólogo. Entre el medico clínico y él, trabajaron en conjunto para sacarla a flote. Salió por las hijas, si hubiese sido por su historia, se hundía.
Pasados dos años, sin aviso, aparece el marido con su camión de matarife y le dice:- Nos mudamos. Sin saber que hacer, comenzó a guardar las cosas y se mudó. Esto fue a principios de diciembre del 79. El 30 del mismo mes se casaba su hermano.
Como era costumbre en Luz y en sus tías siempre la visitaban. Era lejos pero no importaba, llevándole la alegría de la noticia del casamiento de Imanol.
En febrero, Luz se separa. Va como de costumbre a ver a su amada abuela, esquivando contarle lo que pasaba con su vida. La que no lo hizo fue su hermana. Siempre con su costado de maldad y sin permiso le cuenta la noticia.
Al saber esto, Doña María le dijo a su nieta, enterada de la noticia de su separación, el día que la visitó: ¿Como estas vos? La respuesta no se hizo esperar. Por un lado triste porque te extraño, le dijo, y por el otro muy bien.
La abuela era una mujer muy sabia, aceptaba las respuestas, aun sabiendo que algo le ocultaba. No se hizo esperar y le dijo, hiciste muy bien en separarte .Yo no lo quería para vos.
La sorpresa se notó en la cara de Luz. Ignoraba por completo que ella lo sabía. Ante esta situación se sintió liberada por partida doble. Una porque no necesitaba ocultarle la verdad y la otra porque había recibido el alta medico. Resultaba sencillo entender que ese matrimonio, se había realizado, solo para ayudar a su entorno, y esta situación, la estaba condenando y carcomiendo su alma.
DOLOR Y MUERTE
Mientras todo esto sucedía, Doña María seguía internada.
Pasaron diez años y llegó la navidad y como un presentimiento de que sería la ultima que Luz la vería en día de fiesta, decidió ir no solo el veinticuatro sino también el treinta y uno a pasarla con ella, segura que con ella era feliz.
Pasaron esas dos tardes juntas compartieron masas bebidas y comenzaron a rondar recuerdos que volaban como mariposas, Luz sabía que ese día el festejo en su casa era pollo y ensalada, no le importó nada solo escucho al corazón, fue con sus hijas como eran menores no las dejaron pasar, antes de esto ya la abuela había estado en una sala de terapia intensiva, había salido bien de todos modos, se dejo guiar por el ángel el mismo que tantas veces sin saberlo la tuvo en brazos.
Llegó febrero, y Julia, Ana y Luz se turnaban para las visitas. El martes iba Julia, el jueves Luz y los sábados Ana, por esas cosas inexplicables del destino, Ana le pide a Luz si le podía cambiar el día ya que ella el sábado no estaría porque viajaba a Brasil. Luz no dudo en aceptar. Algo le decía que eso estaba bien
Luz llega contenta a ver a su abuela, pero algo raro sentía, como un pozo oscuro que la preparaba para codearse con la soledad, entró como siempre con las masitas preferidas de la abuela, no la encontró en el jardín ya eso, le marcaba que la extraña sensación la hacia rastrear bajo su piel el miedo a ver lo que no quería ver ni aceptar, hacia mucho calor, mientras recorre el pasillo que la conducía hasta la enfermería su cuerpo sentía el temblor final de una despedida, llegó hasta su cama la ve y le dice-abuela ¿como estas?
Mientras le preguntaba observaba como su brazo tenia colocado el suero. No la reconoció enseguida. Fue como una puñalada. Si bien Luz presentía, no era lo mismo comprobar que algo estaba mal.
Enseguida reaccionó y les dijo a sus compañeras de sala, ella es mi nieta mayor, orgullosa les hablaba de las virtudes que tenia, un poco exagerada como toda abuela, el día era sofocante. Luz decidió ir al baño a buscar una palangana para refrescarla. Al sentarse en la cama para lavarle la cara, la abuela le dijo que quería un helado. Pidió permiso y se lo concedieron. Mandó, no recordaba a quien, a comprarle uno de agua.
Lo hizo porque ella no quería dejarla sola. Sabía que tenía poco tiempo de visita y quería aprovecharla al máximo.
Antes de mojarle la cara, Doña María, con miedo en su mirada le dice, la abuela se muere, al tiempo que como perlas se le caían las lágrimas.
Luz hizo como que no le llevaba el apunte y al pasarle la mano sobre el cuello se detiene en los ojos de su abuela y le dijo ¿que estas diciendo?
La verdad Luz. Vos sos hermosa como la rosa, preciosa como el clavel, aunque la abuela se muera nunca te dejaré de querer y proteger.
Al terminar de decir eso, le pidió que la abrace fuerte y le de un beso.
Luz no la abrazó una vez, sino que se quedó abrazada, besándola hasta el final de la visita.
Al retirarse retrocedió y como una señal del ultimo adiós volvió a abrazarla, le dijo que ella iba a estar bien que como nieta la amaba, que era su mamá, su referente de vida, que era el amor incondicional que siempre tuvo, la abuela no respondió nada, solo sonrío y dijo te quiero.
Al salir Luz de la sala, como un destello de dolor embravecido, comenzó a llorar.
La llamó la doctora y solo le dijo, dígale a su tía que se comunique con nosotros.
Luz estaba perturbada sabia que estaba entrando en la selva del dolor y la perdida definitiva de su abuela, así hizo, llamó a su tía Julia, comunicándole lo que pasaba.
Mientras tanto, Luz sentía el llamado en las sienes de su abuela. Al acostarse, como era lógico imaginar no durmió.
Se tapó la cabeza, presintiendo que así la vería. Al otro día se levantó temprano, ya que no había dormido y además su llanto era como río desbordado.
Fue hasta un teléfono público, y llamó a Julia, afirmándole que la abuela había muerto ¿no? La tía respondió con otra pregunta, ¿como te enteraste? si yo todavía no pude avisarle a nadie.
No importa como, dijo Luz, que en realidad tampoco sabia como explicarle la certeza del presentimiento de que ella se había ido.
Voy con vos a reconocerla le dice. Así lo hizo. Luego de buscar a su padre, para darle la noticia, no lo encontró. Se reunió son su tía Julia. Ella sabía que no era fácil para Luz ir a la morgue y para evitarle ese sufrimiento se adelantó y lo hizo sola.
Si la esperó a su sobrina para comer algo antes de que les entregasen el cuerpo. Entre ambas en ese instante hubo un abrazo muy contenedor. Julia era la hija mas chica y Luz su nieta mayor, en realidad, para Doña María, eran sus dos nenas.
Les entregaron el cuerpo en una ambulancia. Luz veía como se movía e imaginaba o al menos jugaba con la idea que era un chiste de la abuela, pero no…
Esperaron el tiempo prudencial en la cochería hasta que les entregaran el cuerpo en un cajón, estaban las dos solas. Cuando dieron la orden de verla, a Luz se le ocurrió ponerle la mano en el cuello y la siente caliente y comienza a los gritos: Julia la abuela esta viva.
Julia reaccionó y le dijo, si no te tranquilizas te llevo hasta tu casa. Fueron las palabras justas que necesitaba Luz, para poder tomar conciencia que la abuela había partido, comprobando, hasta el último momento, que siempre había sido su nieta amada y para Luz, su abuela era , además de la más amada, la columna vertebral de sus mejores sentimientos.
El tío
Bailarín incasable. Maestro del tango en el arte de los firuletes, el conejo, como le decían los que lo conocían, subía los escalones de la fama, hasta llegar al más alto de todos. El de ser reconocido por sus pares y el público, que nunca se equivocaba.
Compañero incondicional del negro, brilló en todo el mundo, bajo las luces de los mejores escenarios.
Mientras mostraba su arte bajo las luces de Broadway, las mismas que habían transitado Carlos Gardel y Astor Piazzolla, recibió la peor de las noticias, la muerte de su madre Doña María.
Llorando, colgó el teléfono, al tiempo que escuchaba el llamado: En cinco minutos, sale a escena.
Todavía shockeado por el golpe de nocaut que la había dado la vida, se encerró en el baño, se sentó en el inodoro, llorando como un niño que había perdido a su madre para siempre.
Luego, como el artista de raza que era, se lavó la cara, se acomodó la ropa y salió al ruedo.
Aquella noche, mientras marcaba el ritmo de sus pasos de baile, sintió que sus pies flotaban, como si un ángel lo estuviese guiando.
Cuando finalizó el espectáculo, los aplausos premiaron su arte y el recinto tenía, el espíritu de su madre, que estaba sonriendo, seguramente, desde algún lugar del universo, porque había hecho lo correcto.
La función y la vida, debían continuar.
NUEVA VIDA
Comenzó su nueva vida, con sus jóvenes veinticuatro años y tres criaturas a su cargo. Pasó muchas pero siempre fue de frente. Jamás se rindió. Muchas veces el destino burlón la puso en aprietos económicos. En esos instantes, olvidaba por un tiempo su pasado y su futuro. Solo contaba el presente, el día a día. No se achicó pese a sus inseguridades. Enfrentó todo, fue a limpiar, coser para afuera, deshacía su ropa y les modelaba lo que necesitaban sus hijas. Un día una de las hijas le preguntó en víspera de reyes: ¿Que tiene el cofre? Luz le contó algo para salir del paso. En realidad su preocupación era que esa noche no tenia nada para poner en los zapatos de ellas. Esto la perturbaba, necesitaba virar el destino en esas horas, los niños siempre esperan algo, pensó, no podía fallarles
No le faltaba fuerzas ni voluntad, las energías se la daban sus soles que eran sus criaturas.
Trabajaba mucho. Su dolor más grande era que le faltara un regalo a sus pequeñas. Entre tanto, sus hijas le preguntaban: ¿mamá que hay en el cofre? Ella siempre les decía:-Ya se los voy a mostrar, encontraran sus regalos. Se armó de coraje, fue hasta el kiosco de la vuelta, habló con el dueño y le dijo:
-Hoy vienen los reyes. Mis hijas solo encontraran su pastito y el pan para los camellos, ¿Usted me ayudaría a que no se les corte la ilusión?-si claro, le dijo el dueño. ¿Como te ayudo?
Necesito que me fíe hasta el día 10 tres juguetes, solo tres baratos .Ella era austera por responsabilidad, ¡si!, exclamo. Elegí lo que quieras. El corazón de esa madre latía en ese instante feliz, habiendo logrado que esa noche no se perdiera la magia.
Eligió una tabla de planchar, un juego de té, y uno de mate, de plástico blando, para que no se les rompa.
Al llegar a su casa tenia resuelto el problema, pero las hijas se empecinaron en saber que había en el cofre, las distrajo y les dijo que esperaran, que se los mostraría en el momento justo.
Llegaron las 12 de la noche. El ritual del pasto, el agua, el pan y los zapatos estaba hecho,
Llovía a cántaros, pero la madre se fue hasta el kiosco a buscar su tesoro del rey mago, colocó todo en cada zapatito, tirando el agua, el pasto y el pan, como mensaje que los camellos habían comido. A la mañana cuando despertaron
Las nenas, entre alegrías y ocurrencias le contaron a su mamá que habían visto al camello, entre sonrisa y satisfacción les dijo:
Hoy les mostraré el cofre. Estaban ansiosas, pero en ese ínterin, vino una vecina que tenia una juguetería y les trajo una caja enorme de juguetes tan grandes que costaba hacerlos pasar por la puerta. Fue una sorpresa para las cuatro. Cuando estaba decidida a mostrarles el cofre, apareció otro vecino con galletas y caramelos. La fiesta parecía no tener fin, mientras el corazón de esa mamá latía a mil.
Cuando todo se tranquilizó, se sentó con ellas en la cama y les preguntó ¿están contentas?-claro nos portamos muy bien ¿mira todo lo que nos trajeron los reyes? Luz vida no podía ocultar su felicidad y agradecimiento, les propuso ver el cofre, todas dijeron al unísono siiiiiiiiiiiii. Lo abrió y les dijo ahora les mostraré lo que le corresponde a cada una, se dirigió a la mayor y le preguntó, ¿ves esto? Es el cordón de cuando naciste, ¡que asco dijo! este es el cabello de cada una, este es el cartelito de la cuna que las identificaba en el hospital, acá están los primeros dientes de leche que se les fueron cayendo, los aritos y así fueron saliendo todos los recuerdos guardados, cuando el cofre quedo vació Luz les preguntó:
-¿No ven algo más? Ellas entre inocentes y fantasiosas veían hormiguitas,
La mama les dijo No, No. Ustedes no ven lo que yo veo. Pero quiero que sepan que ahí hay algo que gracias a ella en la cual siempre creí, y espero que ustedes siempre la tengan en cuenta, siempre está. Se llama “ESPERANZA” y gracias a ella las puedo ver a ustedes felices.
Para ellas era un juego, para Luz una realidad difícil pero de algún modo agradable.”
¡Qué siga la fiesta! Luego de esa bellísima noche de reyes, la esperanza seguiría creciendo como un río caudaloso, que alimentaría los destinos de Luzvida!
Aprendí a quererme, a mimarme y así, poco a poco, descubrí que la felicidad estaba en todas partes, oculta, pero aparecía cuando nadie la esperaba. Y aunque el dolor aparecería por esas cosas inevitables de nuestras existencias, no haría más comentarios, y miraría hasta el final, esta historia, la de mi vida.
Luz vida
Inquieta como río caudaloso, nunca salgo de mi cauce, para mis proyectos, para mis sueños. Soy la alegría, aunque alguna espina me haya lastimado
soy el canto a lo vivido y aprendido.
Me encontré muchas veces como tronco leñoso y seco, pero supe revertir-lo, logre que un nuevo brote vuelva a nacer, confianza en mi nunca perdí
Nada ni nadie me detiene, puedo titubear, como ser humano que soy,
Nunca dejo de apostar por ser mejor, ¿cuantas veces...?cruce puentes con escalones, con peligro de derrumbe, aún así salí.
Si hoy doy lo mejor de mi, es porque aprendí que no dependo de nadie
Solamente de mí.
Soy feliz, porque necesito y quiero serlo, no depende, ni de ti, ni de él, ni de nadie, solo de mí, Si me ves feliz, pensá… ¿cuantas lágrimas, hicieron que tenga mi propio rió?
¿Donde estaba nadie…? cuando la necesite,…
¡Vaya uno a saber!..., la que estaba conmigo, era yo, aprendí a mimarme, a darme el dulce de un bello amanecer, hacerme un camino de pétalos, a regalarme un cielo estrellado, lo seguiré haciendo, la vida me cobro mucho, ahora es mi revancha, vencida , ni aun vencida, siempre, alerta y mirando hacia delante, para atrás, ni para ver el camino recorrido
para adelante, voy por lo que venga, que nadie me de tenga ,porque siempre haré lo que siento .contra el viento y la adversidad
Yo, soy Yo, ¿que piensan los demás?, que más da, en los momentos de tristeza
¿Decirme donde estaban? A esta altura que más da saberlo
El destino parecía no darle la derecha. Pasado unos cuantos años volvió a ser madre de dos hijas era feliz con su rol de madre, pero estaba incompleta porque le faltaba ser ella.
No tenía quejas, pero vestirse mitad mujer y mitad hombre para asumir las responsabilidades y cumplir con los derechos que tenían y merecían sus hijas, no le resultó sencillo.
Trabajo limpiando casas, oficinas, fue obrera al tiempo que para darles ejemplos de progreso a sus hijas, estudiaba y se recibía de una carrera terciaria. Dejó de lavar inodoros ajenos para tener su pequeña empresa Gracias a limpiar casas de otros, sus hijas nunca padecieron hambre ni frío. Todas estudiaron y se recibieron.
Cada una hizo lo que eligió, tampoco les faltó su lugar.
No tuvieron todo lo que querían, pero si lo que necesitaban.
Agradezco a las heridas, con ellas aprendí, que siempre hay oportunidades
Para un nuevo día, trato de dar lo mejor, regalo vida, sonrisas, sueños
Soy generadora de todo, no victimizó mi mochila, esa energía la deposito
Para retro-alimentarme y poder decir sin temor a equivocarme
PESE A TODO SOY FELIZ
De nada de lo que hice espero retribución, la vida se encarga de darme
Lindas letras para escribir mi mejor canción
Me gusta cuando me dicen lo que es y no lo que me gustaría escuchar
Los que me conocen saben hacerlo sin lastimar, sin ofender, sin herirme
Saben que soy de mente abierta, que aspiro crecer para vivir en un mundo
Personal mejor.
No me contamine de maldad, tengo mi niña jugando en el corazón
Muchas veces le doy paso a ella para que responda, por eso soy como soy
Contagio confianza, energía ¿si me costo? no me di cuenta
Enfrente situaciones y las afronte con entereza, soy persistente no me desmayo
Ante el primer ruido, intento estar entera para llegar al objetivo
No me avergüenza decir me equivoque, es un merito saberme humana
Con limitaciones, tratando de aprender la lección para no volver a equivocarme.
No intento cambiar a nadie, porque no acepto que nadie me haga cambiar a mí
Si se comprende mi mensaje podes sacar pasaje para emprender el viaje
De la vida con idas y venidas, pero con fidelidad al sentir individual
Dignificando la existencia.
El no caerse no significa ser exitoso, el éxito lo tiene el que se cae y vuelve levantarse
Como las olas del mar, que se rompen y se arman, por eso el mar es exitoso porque cada segundo
Se rearma y nos brinda su majestuosidad.
¡Me caí tantas veces! Llore, reí, soñé, me frustre, de todo aprendí, no pase, por esta vida, Solo estando…..construí y construí nunca agote el esfuerzo, hice mesetas para pensar el mejor camino
Para el nuevo salto que me tocaba realizar, no dejé de ser feliz
Agradezco a la vida los golpes recibidos, la claridad para enfrentarlos y hoy poder gritar, “mal o bien aprendí a vivir”
No me quede en la queja, por eso estoy entera, nunca me olvidare de sonreír.
Con naturalidad acepte las reglas del juego por eso soy VITALIDAD Y FUEGO
SABER PERDONAR
Hacerse cargo, esa frase me quedo rondando mientras reflexioné sobre la historia de Luz, ¿Quien tiene la culpa? , como todo en la vida cuando impacta algo, pareciera que como pelota de ping-pong, golpea en nuestra cabeza, llegué a la conclusión ¡que por algo me golpeo! Es así que me di cuenta, que hoy no pienso como ayer. Siendo así, no está mal. Es señal que crecí, la culpa es solo nuestra, somos parte de un todo, no estamos delante ni después. Es fácil culpar al de arriba, al de abajo, al del costado derecho o el izquierdo. Nos olvidamos de lo importante, el eje que somos nosotros mismos.
¿Que parte me toca? Yo me asigno casi todas. No soy culpable de cabeza ajena, pero si responsable de gran parte de está sociedad que la formamos entre todos.
No soy Don Quijote, comprendo y asumo que no observé gran parte de mi entorno. Eso trajo a mi conciencia, que por mirar las escalas de culpas, se me escapó, que nunca pregunté: ¿Como puedo colaborar? Quizás porque colaboro en demasía esa criatura, es que sigo reflexionando que necesitamos perder el hábito de juzgar, clasificar como correctas o incorrectas las conductas de los demás. Rotulamos, analizamos, prendemos la turbina tratando de justificar nuestro lavado de manos.
¿La culpa la tiene el otro? Queda omitida la pregunta correcta, que por ser un compromiso nadie se la hace.
¿Que parte me toca? Todos pretendemos hacer un curso de “milagros” que caigan del cielo. Una solución, la misma está en nuestras manos.
No sirve la intención. El compromiso con la vida y a los que les dimos vida, es allí donde hay que apuntar, cada uno desde su lugar.
Ordenando la casa, sabiendo donde están los hijos, como son sus amigos, conocer a sus padres, preguntarles ¿como están? brindándoles un rato de atención, intercambiar un mate, una caricia, una canción. Ellos, solo quieren ser tenidos en cuenta, no hacerlos sentir responsables de las ausencias por motivos laborales, necesitan que los padres, aparte de serlo cumplan con su rol.
Les importa poco la cuenta bancaria. Su corazón no se alimenta con pesos, sino con caricias y besos, necesitan limites, los piden en cada rebeldía, claro, estamos tan lejanos de nuestro cercano, que perdimos el eje.
¿Necesitamos encontrar culpables? Empecemos por casa. Si está bien hecho el trabajo, seguro importara poco el de arriba o el de abajo.
Hay que ser responsables , seguir avanzando en la vida como Luz ,que sin madre supo como y cuando afrontar todo ,hasta la capacidad de perdonarla cuando entendió que su madre ,en algún punto estaba enferma por eso los mal trató y abandonó ,pero ………………….en algún momento de la vida hay que ver la historia del otro, eso hizo Luz.
Dejó de demandar salpicando broncas, cuando comprendió que su madre no tenía una mochila liviana, diferenciando las distintas actitudes de ella hacia la vida.
La niña se atrevió a romper las cadenas.
La madre no supo hacerlo, no pudo o no quiso.
Ahora eso no importa.
Lo que si importa es reconocer que ningún ser humano es perfecto.
No fue fácil.
Pero más difícil es seguir con el peso del rencor que a nada conduce. Al final, el que se quedó vacío, fue el abandonico.
Lo peor, es que esa etapa, ya no se puede volver a pasar.
Ciclo incumplido es, como dijo mi abuela, tiempo tristemente perdido
Como dice la frase:
UN BOTÓN BASTA DE MUESTRA, LOS DEMÁS A LA CAMISA
Despidiendo al negro.
El negro hacia unos años se volvió a casar, desde ese momento cambio para bien de todos un poco la historia, cuando vio que Luz no permitiría que sus hijas pasaran lo mismo que ella por el bendito amigo, encontró una mujer que lo entendió y formalizo, Lo siguieron ayudando su hermano, sus hijos incluida Luz pero ya desde un lugar mas relajado, no llego al final de su vida solo y en la calle, termino en una casa y con compañera, pese a todo Dios le dio un final en paz, eso es mas que una señal que el era un hombre bueno inmaduro tal vez, pero como decía su madre tenia un corazón de oro y si ella lo decía pese a todo lo que la hizo renegar porque era real
Quince días antes de fallecer, el negro, por esas cosas del destino, fue revalorizado y defendido por su hermana Ana frente a su hermano Juan, el conejo.
Este reconocimiento hizo muy feliz al negro.
Él la quería mucho y ese silencio y distanciamiento que habían tenido a lo largo de muchos momentos de la vida lo hacía sentir mal.
Afortunadamente, esa tarde, sintió que el alma le volvía al cuerpo y pensó, mi vida no ha sido en vano, llamó a la hija y como chico con juguete nuevo le contó de su felicidad.
El negro, falleció un 4 de junio, el mismo día de cumpleaños de su tercera hija y de su nieta. Como si esto fuese poco, era el día del santo de Luz vida.
Y ahí no terminaba la cosa, su entierro fue el día del cumpleaños de Ana, como dejando a todos un día para que no lo olvidasen.
El conejo se negó a verlo en el cajón, era su amigo, su compañero, su hermano.
En la antesala, Juan gritaba: Negro, pedime lo que quieras
¿Porque no me contestas? Por favor no me dejes solo al tiempo que como un chico por primera vez en toda mi vida lo vi llorar.
También estaba Julia, tratando de recordar cosas buenas de su hermano.
Con su muerte, en el entierro, el negro, sin saberlo, había reunido a toda su familia de nuevo
A sus hermanos a todos sus hijos y nietos.
Fue un velatorio donde fue el incesante flujo de gente, duró toda la noche.
Pese a todo, su lucha contra el alcoholismo, sus contradicciones, era muy querido.
Luz y sus hermanos lo despidieron con todos los honores, cantando un soprano en vivo, el ave María, mientras le ponían la tapa al cajón.
Luz le escribe a su padre, mientras reflexiona sobre su vida, la vida que llevaron y el dolor por su partida
EL INTRUSO
El día esta triste, una tenue llovizna parece ser la tarjeta de invitación a remover recuerdos.
Estoy apenada, desordenada en lo emocional.
Enfrentarme con mi verdad me trae aparejado todo tipo de sentimientos, reconozco mi duelo, sé que eso lleva tiempo, lo tengo que respetar, mi papá se llevó por estos días mi alegría, me enseñó a dignificar la vida.
Cuando todo pase vendrán los días de muchas sonrisas, porque de él eso aprendí.
No heredé nada material, si al amor se lo reconociera como tal, soy la persona mas rica de la tierra él dejó eso en mi corazón.
Todo se pondrá en su justo lugar, hoy es como un rompecabezas que hay que volver a acomodar, las piezas están mezcladas, una que otra no las puedo encontrar, todo es cuestión de tiempo, de equilibrio, aunque hoy me duela su partida, partida que no tiene regreso.
Tengo en claro que es un estado normal toda perdida deja su huella, hay que saber comprender y aceptar, cuando uno lo incorpora y lo lleva con uno como su ángel todo se hace mas llevadero, pero hay que darle tiempo al tiempo.
Tuve la suerte de amarlo y aceptarlo como era, jamás sentí vergüenza de que ese intruso llamado alcoholismo y causante de tontos dolores que hicieron efecto dominó, dominando nuestras vidas.
Nadie entendió que estaba enfermo, sentí orgullo de ese corazón de oro que tan pocos han visto.
Estará siempre en mi tierra y en su cielo.
Es medio día y no me importa.
Estoy esperando el milagro de volver a verlo, porque fue en ese tiempo que me enteré de su pasaje para el viaje sin retorno.
Necesito repetir su nombre, gritar cuanto lo amo y lo necesito.
Esto que hago es solo estar, como están las cosas estáticas de la vida.
El tiene mi corazón anidado en el suyo, tiene mi vida alojada en la suya, sin él no creo en nada, en casi nada, se que todo pasa pero su ausencia me dilata las venas.
¡Todo era perfecto! Hoy todo es tan gris que se va tejiendo la trama del dolor, me duele no poder pasar mi mano sobre su cabeza; igual siempre estaré con él.
Tengo miedo a esta soledad abrumadora al silencio que provoca el no poder vernos más.
Busco tenerlo y no lo logro, busco su olor y lo hallo en cada paso, busco su sonrisa y la escucho en lejanía.
Este desencuentro provocado por su partida, sé que es provisorio.
Cuando tenga todo mas claro y ordenado iré resolviendo la historia, no es fácil pero lo voy a lograr.
Papá tu ausencia es como una puñalada que se apoderó de mi alma, mi corazón maduro intenta estar bien, pero cae como fruta madura, mientras se desploman en perfecta armonía como en una melodía, las lagrimas provocadas por esta separación obligada ¿tanto apuro tenias por partir?
Quería parar el tiempo, pero vos ya habías tomado la decisión del transcurso de tu destino, le pusiste fin a tu realidad con la retirada, estoy con incógnitas no reveladas , hasta el ultimo momento de tu vida el egoísmo de alguien no permitieron que te vallas con un beso de tus hijos, yo solo quería eso, solo un beso antes de tu viaje, NO PUDO SER me condenaron a ese vació de no verte con tu ultima sonrisa, con tu ultima mirada y con tu último TE QUIERO verbal.
Se que me amabas y vos sabias que tus hijos sentimos lo mismo hacia vos, nos peleábamos, nos amigábamos, teníamos una relación donde nunca estuvieron en juego los afectos, ellos eran nuestros de nadie mas
El silencio es no estar con vos, la distancia y la soledad tienen tu nombre.
Toda tu luz ilumina mi alma, le pido a tu corazón silencio y olvido por todo lo que has sufrido. Cuando junto el silencio, la distancia y la soledad, un terror sin rescate crece dentro de mí en ese preciso instante busco tenerte y no lo logro. Todos hablan y yo escucho solo un murmullo, las frases caen como gotas, cambian los tonos pero no es el tuyo.
De tenerte pase a sentir este vacío, a lo único que le doy valor es a las palabras que sin egoísmo me enseñaste: te quiero, te extraño, me hiciste sentir la reina de tus afectos. Necesito hablar de tu amor, de tu soledad que en mí no cesa, no olvidaré tu rostro, tampoco tu sonrisa anochecida ocultando tu preocupación.
De algún modo te espero y sin embargo estas conmigo de cierto modo, porque estas en mi.
Me pregunto ¿de qué manera ha sucedido? No tengo la respuesta, pero aquí me tienes hablando de tu amor, es la huella más hermosa que me dejaste
Dudo de que estés lejos, fiel a tu sabiduría hiciste de mi todo preciso, aun temerosa con un cansancio que reposa en la esperanza de la espera, alivias mi dolor recordándote con una sonrisa.
Este desencuentro provocado por la naturaleza de la vida, hace que las palabras sean indefinidas para poder explicarlo, no encuentro una. Solo se que te amo, mas allá que te hablo en presente porque en mi estarás siempre
Frente al misterio estoy alerta, con mi mano extendida para cuando abras la puerta y las caricias recobren el camino por nosotros conocido, que por un instante el destino a suspendido y podamos sentir lo vivido de manera indefinida, como si nada hubiese pasado.
Todo será sin urgencias, sin palabras, todo será simple sin sorpresas, el amor que como hija por ti siento, es lo que me lleva a pensar que en algún momento regresas.
No tuvimos una vida dichosa, pero ERA NUESTRA VIDA, no se la pedimos prestada a nadie.
Conocimos el amor, somos buena gente, supimos vencer las barreras de los obstáculos que nos puso la vida. Sé que verme con responsabilidades de grande a mis diez años te partía el alma, pero yo supe enfrentar la situación y te apoye como pude. Por esa razón te apoyabas en mí en muchos momentos de la vida. Siempre me viste capaz y yo trate de no defraudarte,
Yo nunca ignore tu vida de sufrimiento por eso gran parte de mi vida la dedique para vos y los chicos, el mundo siguió girando, y tuve que tomar distancias dolorosas pero sanas, vos me decías trata de ser unida a tus Hnos. y lo hice aun sabiendo que vos sabías que no eras justo conmigo.
Te dolía el dolor que ellos me causaban, pero siempre te destacaste por ser conciliador. Lo que hice en tu vida fue para ayudarte. Hoy soy yo la que recuerda.
No te pido perdón porque sé que soy justa conmigo.
Tranquilo, si me necesitan me tendrán, son como mis hijos.
No te olvides que casi los crié al mismo tiempo que me criaba yo.
Estoy acongojada pero serena.
Me siento impotente porque no pude modificar el ayer.
Sabíamos que cada segundo de ese tiempo eran horas de peligros, pero supimos afrontarlo con entereza, porque teníamos la nobleza que tu propio árbol nos había dado.
¡PAPI! ¿Sabes lo que fuiste para mí?
Siempre dije que te amaba, pero nunca como te veía mas allá de tu piel.
Eras como hierba frágil y tierna y te cuide como un hijo.
TE AME como padre, con la sola espera de tu caricia incondicional.
Hoy los recuerdos divagan impacientes por volver a ser, pero no podemos compartirlos porque ya no estas presente.
Si está, lo que sembraste en tus hijos, amor respeto y dignidad por la vida.
Mi corazón está con dolor, el tiempo que todo lo puede, hoy me tiene de noche y tardara en darme el día, este amor de llama encendida mezcla de madre e hijo me tiene quebrada. Me causa pena no poder romper la muralla de este dolor VIRGEN.
Conocí todos, pero este sufrimiento maternal no Ahora comprendo que eran casi todos. Tu partida es el centro desconocido que me provoca impotencia, siempre fui tu mano derecha en casi toda tu vida.
EN ESTO TE FALLE. NO PUDE RETENERTE.
Quisiera estar dentro de ti y solo decirte que fuiste, sos, y serás mi orgullo, mas allá que lo rumores siempre quisieron y lograron lastimarte hablando mal de ti.
Jamás pensé en mi misma, viví en protegerte, en cuidar a las nenas, me fue difícil, pero me hacia feliz que no te sintieras solo.
Es doloroso aceptar que te tuve que entregar con urgencia, Dios es perfecto y te pondrá en mi sol, en los pájaros, en cada canción.
Quizás algún día reciba una caricia inesperada y sea tu presencia que de manera indescifrable se apodere de mi cara y podamos aunque sea en un segundo y de forma fugaz pero con precisión altiva poder estar juntos.
Asimilaré todo pero no podré olvidarte, tampoco me será fácil saber que no te veré más.
Lo impide la distancia obligada que existe entre la tierra y el cielo.
Dos corazones que se amaron, tienen la capacidad de seguir igual mas allá de la vida, se que algún día nos volveremos a encontrar y cuando cruce el portal la abuela y vos me van a estar esperando, hoy todo se estrella en mi interior.
Pero me arriesgo a decirte que una cálida brisa triunfalmente en algún punto, no sé de que modo, nos unirá a los tres.
A los dos los tengo en una estrella confiable y luminosa, serán mi guía en los extraños momentos de angustia, donde inventaremos las estrategias para sentirnos juntos.
Yo quería el cuatro de junio parar el mundo, pero vos, ya habías tomado la decisión del transcurso de tu destino, o mejor dicho el final de tu días.
No es reproche. Solo habla el dolor que por ti no cesa, algún día todo será resignación, pero tu falta de presencia marcó en mi el vacío inexplicable, que con el pasar de los días, va teniendo explicación.
Pero la negación nos obnubila y solo vemos lo que queremos ver y sentimos lo que necesitamos sentir.
Papá pasado el tiempo de duelo asumiendo que estas en mi corazón quiero que sepas:
Hoy me rió ya ves, solo me rió, te recuerdo con toda la ternura
Que puedas suponer, fuiste mí manantial de agua fresca
Mi abrigo, el canto al olvido, por penas compartidas…
Cuando juntos asumimos la partida de aquel tu primer amor
¿Y porque no? El mío también, ella eligió, nosotros solo aceptamos sin elegir, pero fue bueno sabernos juntos, fuiste mi ayer, sos mi hoy
Aunque no te tenga, porque partiste, con pasaje sin retorno, seguís estando en mí, por eso me rió, porque de ti aprendí
Que no todo esta perdido, tú mirada serena, tú andar pausado
Quedaron gravados en mí. Si algún día podría
Tener la posibilidad de volver a nacer, sin pensarlo te volvería a elegir, fuiste la llave a mi esperanza, me hiciste poner en la balanza, lo que recibí, Y sin pensarlo, peso más tu amor, qué el dolor del abandono
¡Gracias viejo!, desde el lugar que te encuentres, llámese cielo, estrella o luna, siempre me veras reír, porque se,
Que eso...te hace feliz
Más que claro
La única manera de poder afrontar los laberintos de la vida es siempre viendo las flores abiertas y vigorosas, no las marchitas y caídas, hay que saber mirar el camino recorrido, aprendiendo de lo andado, mirando siempre hacia delante, sin pensar en el que falta recorrer.
Todos tenemos un cofre guardado en el alma ahí justo ahí hay que conservar las alegrías, las amarguras es solo oscuridad que no permite ver, avanzar ni crecer.
Hay que tener presente los momentos amenos, no los alaridos del dolor.
No es sencillo pero hay que intentarlo, recostarse en las palabras de amor nunca las del odio.
Los ojos tienen unas pupilas hermosas. Ellas nos permiten ver desde el amanecer hasta el anochecer.
Retengamos siempre lo maravilloso del día no lo doloroso de la oscuridad.
La cara y la mirada son el espejo del alma, los surcos de las sonrisas son el reflejo de que uno esta bien consigo mismo. Eso nos hace vernos rozagantes, los surcos del llanto muestran lo contrario. No esta mal llorar, porque limpia la mirada para ver mejor el horizonte, lo malo es cuando dejamos de sonreír para que domine en el rostro la amargura. Me mire en el espejo, y vi. Detrás de mi mirada como la vida me marco caminos, algunos Algo sinuosos, otros, que por conocidos no tenían tantos escollos, así llegue al arroyo con mi barquito de papel, buscando navegar
Vaya uno a saber ¿que viaje quise hacer?
Recorrí mi infancia y me acorde, las cosas que hice, para crecer
Puse una carta de amor en una botella la deje navegar, para que llegara a manos De alguien que me mereciera amar
Pinte mil cuadros con el arco iris
Con el amarillo me pinte mi sol, el que luego con algunas
Ausencia medio calor
Con el azul, pinte mi noche, me permitió soñar y no hacerle a la vida reproches
Con el rojo me pinte el amor, ¿cuantas lágrimas?
Escondió ese rojo, así fui pintando todos los estadios
Llegaron las estaciones: El verano que siempre me traía
De la mano un puñado de ilusiones
Otoño con tus hojas ocre, me dejabas jugar al me
Quiere no me quiere
Invierno siempre prevenido, tenías preparado el nido
Para que no sienta frío
Primavera me tenías alborotada, siempre contenta
Dando la señal que en esa estación, que yo iba a ser Feliz
¿Que más te puedo pedir?
Los hombres
Cuando hablamos con ellos hay que hablar de los colores azules de la primavera, no hay que hacerlos sentir príncipes azules antes que ellos ,están las reinas que somos nosotras mismas por ser Mujer, no somos mitad de nada ni de nadie somos enteramente nosotras.
Hay que memorizar las caricias recibidas y gozadas, no las cachetadas, siempre hay que caminar recto y con actitudes sanas, olvidando aquellos momentos que nos angustiaron, esos ya pasaron ¿para que seguir dándoles identidad?
Siempre recuerda el placer de tus subidas no olvidando las frustraciones de tus descensos hay que tener presente que ellos nos enseñaron a volver a subir eso es la experiencia.
Las mujeres somos manantial de agua fresca, jamás un lago, tenemos las fuerzas del mar donde se rompen las olas y se vuelven a formar, es decir tenemos herramientas para doblarnos si es necesarios pero no para quebrarnos, muchas veces vendemos la imagen de omnipotentes y se la compran, solo aquel que dedico un segundo a conocerte sabe que las fuerzas las buscas por necesidad ,pero sos humana y vulnerable como todos, cuando algo no se puede hay que saber decir no, eso trae aparejado que los que se acostumbraron a vernos resolutivos y pasarles el bastón de mando a sus propias vidas, te reprochen que no te quieren, que no sos buena persona etc,etc, no importa hay seguir hacia adelante, la vaca da leche por un termino razonable en la vida, después hay que cuidarla y agradecerle por el alimento recibido, pero muchas veces no lo entienden y los limites obliga al otro a resolver sus cosas eso nunca es aceptado con ternura, es mas sos el centro para que te tiren los dardos justo al corazón, eso es normal no hay que preocuparse la vida es una sola, algún día nos toca vivir la nuestra.
Somos seres interrelacionados por lo tanto necesitamos al amor, hay que esperar, muchas veces está en camino o está en nuestras vidas y no lo vemos, pueden pasar años hasta que llega, tengo la dicha que en mi llego y con asombro por mi desconfianza, no era gratuita fueron muchos los momentos de soledad no queridos por mi, la huella del abandono de la madre marca a fuego en todas las relaciones que preceden a eso aun así lo recibí dichosa de abrir el corazón le dije:
Llegaste a mi vida cuando menos te esperaba, hacia mucho que te soñaba, pero no sabía si vendrías…y de pronto un dìa ahi estabas, con tu magia y tu sonrisa, con tu mochila llena de sueños, con tu pan a medio comer y tus manos serenas como esperando tener con quien compartir tus mitades .
Aprovecho que hay luna llena ésta noche y me voy a caminar, Sopla el viento suavemente, yo camino despacio hacia allí, ese lugar a orilla del mar que tanto me gusta visitar.
La luna sigilosa se cuela entre las olas, dejando filtrar sus rayos tenuemente sobre el agua tu imagen y la mía dicen presente sobre el reflejo, es como si la brisa, la luna y nosotros formáramos la conjunción perfecta para cerrar mágicamente esa noche.
Cuando me topé con vos, en uno de esos días en que tenía alas de mariposa, supe que allí había algo mágico, algo dulce, algo secreto, algo escondido, algo …..Como yo, que buscaba encontrarse con alguien con los mismos deseos y objetivos de vida.
Y entonces una de tus palabras lanzó un lazo y me atrapó por una de mis alas….y me quedé allí atrapada, sobre una, una o las dos… ¿Qué más da?
Y ya no pude escapar…...no quise escapar…...no quiero escapar.
Victorias
Las victorias se cuentan por cada día superado, Ser exitoso consiste en haber aprendido de la derrota esperando el nuevo amanecer para volver a comenzar, cada día existe porque le damos el brillo propio con nuestra propia luz, la sombra va detrás nosotros siempre adelante por lo tanto somos participes necesarios en cada segundo que respiramos
El amor nació con nosotros ,nunca nos dejo hay que abrazarlo, es nuestra cobija interna en los momentos difíciles nunca hay que olvidarlo, muchas veces lo ignoramos al tenerlo tan cerca es probable que no lo hayas sentido, es como los cuadros ,solo se aprecian a distancia, tomar distancia de uno mismo y preguntarse ¿como hice para salir de esto? No abra otra respuesta que por tu propio amor interno.
El tiempo nos va marcando que ya no somos los mismos que ayer, quiere decir que maduramos comenzamos a tenernos en cuenta, en las noches cuando la luna no esta la estrella que mas brilla somos nosotras que le generamos esa Luz, brillamos mucho mas que lo que nos quejamos, solo que no lo aceptamos, asta que descubrimos nuestra auto estima, es ahí donde uno se valora porque aprendió que una es lo mas importante que tiene “ser una misma”.
Muchas veces dude en saber quien era yo o que debería ser, aprendí a amarme y aceptarme como soy, siendo muchas veces mi mejor amiga no boicoteándome, mis problemas no están ni arriba ni abajo, están en el medio con eso tengo bastante para sentirme victoriosa, desde ese lugar puedo observar al que esta mejor y al que esta peor, somos ensayos de la vida humana, siempre abra que contar historias, mirando las mías con ternura me doy cuenta que viví en la facultad de la vida en continuo aprendizaje
Somos aves de paso, para homenajear la vida, solo hace falta amigarse con ella.
Por esa razón, siempre intenté tenerla de mi lado.
Nunca la perdí de vista.
Ahora le pido a ella: que me mire
Solo mírame y con eso logras, qué me pierda en el bosque de tus ojos en ese verde que se confunde con la tranquilidad del campo, con la ternura del canto de los pájaros mírame... Déjame que navegue, sin rumbo lentamente por todo tu territorio, hasta poder decirte, que en ti encuentro la paz la misma que se encuentra en una alameda de cipreses .Mírame...
Volemos, el cielo es nuestro las piruetas que hagamos en el vuelo son el fruto de este amor de dos somos, la fuerza, la ternura y la luz
mírame... ¿Que mas queréis que invente? para decirte que te amo por esa razón siempre te busque para crecer, creer y vivir ¿que mas podes inventar?
si yo se que me amas, lo demostraste al no dejarme sin salida, cuando parecía que perdía la partida vos me demostrabas que se podía
volemos, naveguemos, caminemos, soñemos pero no dejes de mirarme, no necesito nada mas en la ternura de tu mirada encuentro la paz, el amor y me siento
por vos, que logre ser una gran mujer.
Llegamos a la instancia de comprender que la vida confiscada no solo fue de Luz, fueron pasando todos por esa instancia, era como un mandato de la vida de toda la familia, pasaron tres generaciones por lo mismo, uno mas que otros pero ninguno quedo exento de sentir que la vida fue manejada por un titiritero hasta que algunos nos atrevimos a cortar los hilos y hacer caminos nuevos para lograr lo anhelado que es ser libre de cuerpo y alma, algunos tuvimos la suerte de contar desde la cuna con un ángel le hablare al mío que es el que con sus alas siempre estuvo junto a mi
Muchas veces creí que me abandonaba, que ingenua que fui, recuerdo que
Luz se sentía de maravillas, al saber que era la nena más linda de su abuela.
Sin embargo, se daba cuenta que la gente la miraba de lejos. ... no comprendía porque, hasta que descubrió, que al lado de ella siempre había un Ángel, y que era por eso que nadie se acercaba a verla de cerca, ya que le temían por la ignorancia que causa la falta de fe.
Indignada ante lo descubierto, le ordenó al Ángel que se fuera de inmediato; el Ángel muy obediente dijo: Está bien, si así lo quieres.
Poco tiempo después el ángel pasó por donde estaba la nena: y se sorprendió al ver que estaba como una rosa totalmente marchita, sin alegría y sin aliento para vivir.
-Le dijo entonces: Vaya que mal te ves. ¿Qué te pasó?
- La nena contestó: Es que desde que te fuiste las horas de mi vida no fueron igual, me siento sola y nunca pude volver a ser la misma.
El Ángel solo contestó:- Pues claro, cuando yo estaba aquí, me ocupaba de esas personas que no te valoraban y por eso siempre eras la más bella del barrio, no importaba tu vida la que vale sos vos.”Todos tenemos algo bueno para dar y también algo feo no somos perfectos, lo importante es ver el corazón de las personas, no las apariencias o lo superficial.
Hay que tomarse el tiempo para conocer al otro sin prejuzgar.
No hay que discriminar por ser pobres o abandonados o cual fuere la historia.
Muchas veces, los presuntos vaticinios que hacen con respecto al futuro del otro, no coinciden con la realidad, algunos pensaron que la nena con su cara sucia y su mochila al hombro seria un ser con futuro incierto.
O lo que es peor, que no tenía futuro digno.
La nena creció, maduró, y salió mucho mejor que los presuntos videntes de la vida ajena, por eso nunca hay que discriminar, la vida es como es y ella pese a todo, había triunfado………
Luz despertó del sueño sobresaltada.
¿De dónde sacaba todas esas fantasías?
Ella soñaba con el futuro, porque el presente parecía invencible.
Necesitaba soñar.
Y que esos sueños se cumpliesen alguna vez.
¿Quién podía vencer el sueño de una niña?
¿Quién se atrevería a hacerlo, si ella le pedía ayuda al ángel?
Solo él podía ayudarla.
Sobre su mesita de luz, la foto del ángel de la guarda de Luzvida, la observaba, como si tuviese vida.
Y mientras miraba la imagen de su guardián celestial, leía con profunda atención, las palabras que Vico Berti, había escrito para explicar, como conectarse con tan alto ser espiritual y conseguir su asistencia, tantas veces como le hiciera falta.
“Todos buscamos encontrar un ser que sea nuestro ideal, que nos ligue con conexiones celestiales. Existen en nuestros planetas seres que puedan elevarnos a la cumbre más alta ¿cuando puede llegar ese día maravilloso? en cualquier momento a los veinte años, a los cuarenta, a los sesenta o el último día
Mientras uno no este preparado, esa explosión estelar no se produce, no depende de lo exterior, depende del ser interior
No existe un lugar determinado, uno pudo nacer en el Hemisferio Norte y la otra en el Hemisferio Sur.
No importa los miles de kilómetros que puedan distanciarnos, los lazos celestiales no tienen principio ni fin.
Las fuerzas del amor profundo pueden lograr cambios que nadie puede ignorar, cuanto mas quiere uno al ser amado, más se corrige sus propios defectos
Cuando dos corazones se buscan, acaban por encontrarse y unirse
La sabiduría divina es infinita, y su decreto nos hace amarnos, el uno al otro”
EPILOGO
Vengo desde el ayer con el pasado triste, que siempre intenté olvidar, fueron muchos años donde tuve mis manos sujetas por la impotencia, cerrando mi boca para que no vuele como globos al aire mi dolor.
Parecía una cadena indestructible que me ataba a mi destino, decidí salir de la oscuridad, del silencio, aún con mis miedos ocultos, que han lastimado mi alma, hasta que le di lugar a mi lema de vida, sonreír y disfrutar.
Nunca quise que me vieran llorar y sufrir, aun sabiéndome sometida a una vida que jamás imagine seria así, fui canjeada como un trofeo a cambio de nada o de todo, me confiscaron la infancia.
Mi gran amor incondicional fue mi abuela, ella sabía a ciencia cierta que su hijo nunca maduraría yo también sabia que el era así, pero así lo acepte y ame.
De nuevo el canje, ahí si, parecía que les importaba, pensando en mi futuro que me retirasen para siempre del colegio donde estaba pupila.
La pregunta era ¿cuando pensaron realmente en mí? por años parecía una mercancía, algo que nunca pude sacar de mi alma.
Por los dichos de todos fui una hija buscada, subliminalmente castigada en muchos aspectos, mutilada en mis deseos, convertida en un transporte de carga con tracción a sangre es así que recayeron compromisos ajenos, no contó mi edad, madura, infantil o adolescente, mí fortaleza o debilidad, mí satisfacción o necesidad. Y fue por eso, que hasta me olvidé de mí.
Fui esclava de unos y otros, siendo invisible en mi historia lejana y parte de la que permití que así fuera.
Todos veían lo que pasaba y nadie hizo nada. Crecí con la idea luminosa de no renunciar a aprender. Mis lágrimas fueron las que regaron mi tierra, pudiendo con ellas germinar mi propia historia.
Pese a que me quitaron el derecho a tener mi madre, para ella fue la salvación, para mí la guillotina que cortó mis alas, hasta lograr que se regenerasen y emprender mi propio vuelo.
Tuve vidas dentro de otras, que me fueron heredadas una a una. Conocí gente honesta y buena, cobarde y desalmada.
Esas marcas que todos llevamos, unos mas que otros, fueron las que me salvaron, me fortalecieron. Muchas veces me sentí asfixiada, hasta que retomé las fuerzas de mi propio ser, no permitiendo que nunca mas me aniquilaran la vida.
Los argumentos escuchados eran ideas negociadas siempre en beneficio secundario para los actores que armaron la historia, donde manipularon mi persona, adulando mi capacidad intelectual y mi fortaleza, de algún modo el mensaje era “vos podes”, y de esta manera se liberaban de la responsabilidad, cargándola sobre mis espaldas.
Fui conociendo a todos desde la cumbre más alta, los observé, vi. Como recogían sus propias migas.
El Karma no era exclusivamente mío; cada uno tenía el suyo, quedó demostrado a lo largo de todos los recuerdos que hoy me permitieron
en esta sala de cine improvisada, al contar con Doña Maria todos los caminos recorridos por ambas, casi como un calco fue nuestra vida, pasamos todo ver cuando se perdía el eje de las cuestiones, y casi todos eludían la responsabilidad que les correspondía y miraban hacia fuera.
Ver como a algunos hablar del otro les era más llevadero que hacerse cargo de sus familias y problemas.
Transité muchos caminos, golpeé muchas paredes por las broncas contenidas acompañadas de silencios, cumpliendo con mi modo de ser.
Conseguí salir del ostracismo cuando rompí el muro de mis silencios, eligiendo la opción para cambiar la ruta de mi vida caminé siempre en disyuntiva con mi propia persona. No tenia conciencia si era débil o fuerte, a esa altura no importaba.
Si nunca llegué a las llamas de la hoguera, fue porque no me lo permití, busqué dentro de mí las fuerzas de múltiples maneras, me vestí de acero, de hierro, de amianto, de cuanto material me preservara del fuego del abandono.
No hubo culpables, ni culposos. Hubo una mirada que no vimos, que pone a cada uno en su lugar, solo había que saber esperar, para ver los frutos de los que sembraron bien o mal.
Protegí, parí, amé, retiré de mi itinerario a los idiotas, junto con sus delirios, que eran solo palabras sin contenido ni continente.
Me alimenté con la energía de la vida, que en algunos momentos se llevó algo de mí, hasta que me recompensó con lo más maravilloso de mi vida ser madre y saber que ese amor de mis hijas nunca me faltara.
Por esa razón nunca me entregué y la luche siempre, la conquisté, la seduje, dando latidos de alegrías al corazón de mis actos cotidianos entonces, ella se puso de mi lado, pudiendo seguir y superar los problemas diarios, viendo con optimismo y coraje, que no eran tan pesados, y por esa razón no expresé quejas.
Fui madre, artesana de crianza de mi padre, hermanos y de mis propias hijas. Todos estuvieron a mi cargo hasta yo fui madre mía.
Era alguien que debía hacer su tarea, sin tener un maestro que la guíe, fui aprendiz y maestra, modeladora de mi vida y la de los otros, cargando sobre mis hombros, responsabilidades que los que debían tomarlas, no supieron ni intentaron afrontar.
Me cansé. Bajé de la montaña y convertí mi voz en alaridos al viento, y casi enloqueciendo, dije: “Acá estoy yo”.
Llame a todos los roles que en mi persona estaban incorporados, en un improvisado encuentro, llamé a la hermana, a la hija, a la separada, a la madre de todos, a la novia, al padre, de este modo acomodé a cada uno en su sitio, poniendo punto final a ese dolor aberrante, que me debatía en la incertidumbre decidiendo ser solo “madre de mis hijas”.
Corté las cadenas de los abandonos, dándole lugar a mi propio río caudaloso, matando lo injusto, descubrí que era poderosa, más fuerte que los silencios, que el sufrimiento, los desarraigos y las miserias.
En este canto a la vida podía asegurar que la fuerza del amor, derrotaba al odio, que a nada conducía, ignorando las mezquinas fronteras que a veces debí cruzar, pese a todo y contra todo, seguí amasando el pan para mi existencia.
Viví muchos años con nudos en la garganta, temblando como hojas que caían en otoño, a causa de ese miedo intransferible que ocultaba entre sonrisas, así llegué a esta etapa donde nada me detiene.
Me senté cómodamente en mi butaca para ver mi propia película.
¡Al fin podía mirar la pantalla!
No era que me disgustaba ir al cine.
Era el reparo que ponía por temor a no tomar conciencia de todo lo vivido. Por esa razón le escapaba a los espejos.
Maduré, crecí, comprendí y así pude recorrer mi existencia sin rencores, ni dolores que no haya podido superar.
Al fin y al cabo viví cada problema, con la filosofía del cisne.
Me metí en el lodo, salí, volví a meterme.
Nada ni nadie pudieron ni podrán detener mi vuelo.
Porque pese a todo y contra todo, soy y seguiré siendo Cisne.
FIN
CARTAS
Mis Hijas
Las palabras que pueda decirles jamás tomaran la dimensión de lo que siento en mi corazón por ustedes, les debo la dicha de que hayan sido y son mis generadoras de vida, logré poder encaminarlas sin que pasen penurias por mis vivencias pasadas, al contrario intente mostrarles el otro lado del sol, a veces lo logré, otras no, pero de algo estoy segura, jamás se interpuso entre la vida de ustedes y yo nada que no sea “Amor”.
No fue fácil, tampoco yo lo soy. Viví años a la defensiva hasta que comprendí que ya nada me atacaba, que de última sería yo misma la que me boicoteaba si continuaba aferrada a ese temor que duele y martiriza que es el miedo al abandono.
Logré que sean lo que querían ser, rompieron las cadenas y lograron en esta generación
Vivir del modo deseado y esperado sin un titiritero que les digitara la vida.
Nunca intente divorciarme de ustedes, sí lo hice de su padre pero no de mi maternidad, la cual agradezco tenerla tan clara, les transferí el amor que yo siento como madre hacia ustedes para que lo reciban y así puedan ser lo bellas madres que son con sus hijos del mismo modo que yo lo siento por ustedes
Soy conciente que muchas veces nos tocó varios temporales en medio de la mar, la barca era frágil pero nuestro amor pudo mas y jamás nos pudo hundir, juntas pasamos momentos difíciles también los amenos y porque no los felices
Las sé y también lo son hacia el mundo de muy buena madera, eso es mérito solo de ustedes, lo mío fue apenas una pequeña guía para que fuesen alguien en la vida, equivocada o no, sé que lo logré, las cartas estaban echadas había que seguir jugando y ganar la partida, así lo hicimos, por esa razón les digo: ¡Gracias hijas! por darle en el momento justo sentido a mi vida.
Mis Nietos
Son la voz de todas mis edades, llegaron a mi vida en mi madurez.
Quebrando para siempre el duro metal del ayer.
Ahora todo es diferente, porque tenemos las manos y el corazón rebosantes de amor.
Mis lágrimas saladas, pasaron a ser la dulce miel que se desliza sobre mi alma.
Son los nuevos brotes del árbol de mi vida. En ustedes está claro que son el fruto del amor con vibración de vida, son la algarabía, quedando lejos aquel ayer que parecía que nunca cambiaría.
En un remolino el viento cambió el rumbo y los trajo a este mundo para sumar alegrías, siendo, el grito de amor por mi esperado, la ternura y la suavidad como tienen el algodón y la seda.
Dejaron de ser silencios los afectos, y por fin puedo escuchar el eco de sus voces que como melodía retumba en mis oídos.
“Te queremos Abú”…
Abuela
No encuentro las palabras para decirte mas allá de donde te encuentres que te amo, no busco saber donde estas porque lo sé, estas inmortalizada en mi corazón.
Fuiste y sos la guía en mi vida, en los momentos que te necesito no se de que manera, pero siempre estás. Sos mi ángel que cuida cada paso de mi vida , replegándote dulcemente entre mis manos, dándome fe quitándome el temor al sufrimiento, me haces reverdecer cuando mi árbol parece que se quiere secar, me das las fuerzas para quitarme muchas veces el desaliento, recibiendo ese sentimiento en los momentos justos.
Muchas veces me pregunto ¿si descansarás? Porque de tanto en tanto te escucho decir lo que me decías cuando me veías triste “no seas pava”. Al decirme así me dabas la señal que le restara importancia a lo que me pasaba.
En este momento viene a mi mente lo importante que fuiste en mi vida, sos mi referente mi modelo, nos preguntamos entre los tíos y yo ¿que defecto tenias? No encontramos ninguno, no es que te idealizamos, era tu manera sabia de enfrentar la vida que te hacia inmaculada a los ojos nuestros
Por lo que fuiste, por lo que sos y por lo que serás siempre en mi vida, solo me resta decirte ¡gracias abuela querida! Por ser mi amor incondicional seguirás estando en mí el resto de mi vida y prometo buscarte cuando cruce la frontera que nos separa entre el cielo y la tierra para abrazarte y decirte mirándote a los ojos como cuando te fuiste de viaje lo que ya sabes.
Que te “Amo”.
Amigas
Son las amigas que siempre estarán en mi cofre del alma.
Recorrieron a mi lado cada pasito con travesuras, y alegrías, muchas veces las tristezas nos parecían solo juegos, por esa razón, les agradezco haber estado en mi vida y de algún modo seguir estando.
Las quiero y querré más allá de esta vida, que nos toca transitar, sí hay otra no lo sé, pero estén seguras que siempre estarán en mi vida.
Mi corazón habla de ustedes por mí.
TÍOS
¿Que puedo decir de ustedes?
Fueron casi, por la poca edad que nos separaba como hermanos-sobrina, el pilar en gran parte de mi vida, acompañando los deseos de la abuela de que me cuidasen. Sé que fue muy difícil la parte que les tocó, desde mi humilde lugar les doy las gracias, por haber estado.
Sé a conciencia, que muchas veces tragamos el sabor amargo de la hiel, digo tragamos porque nunca fui ajena a lo que ustedes pasaron sin merecerlo, claro esta que yo tampoco elegí la vida que nos tocó, por lo tanto no hay culpables. Es así la existencia terrenal
Nos tocó un legado que pasó de generación en generación, hasta que nosotros le pusimos punto final a la confiscación de nuestra historia.
No quiero olvidar lo bueno que fue tenerlos en mi vida, me dieron identidad, muchas veces me dijeron que si estaban en mi lugar no hubiesen sabido resolver, les digo que si yo no hice milagros, me aferré de lo aprendido con la abuela, cuando un día me dijo si no podes con la vida, tómala por la nalga, pero lucha por ella en beneficio tuyo
Entre ustedes y yo está el presagio cierto que recibí de ser querida, pese a todo lo vivido. Aprendí a ver el lado del sol que brilla, sin enojos en la
Mirada, y madurado el ayer estoy con la certeza que esto no lo pasaremos otra vez
Fue un temporal que arrasó parte de nuestras vivencias cayendo sin relieve sobre nuestras espaldas, nuestro amor no se ahogó con el diluvio, fue callado, austero pero enteramente verdadero.
El secreto consistió en ver la ternura en el corazón, sin ruidos pero sano, cada uno entregó lo que pudo y recibió pese a la emboscada de la vida la recompensa de ser buena gente.
Gracias tíos paternos, no deseo ser orgullo de nada, solo que me prometí a mi misma que aquellos murmullos que rondaron en nuestras vidas mueran ahogados
Quise demostrarles a los mismos que ellos no tenían consistencia. Al lado de ellos nosotros solo pasamos lloviznas, qué duraron lo que debían durar, los chismes solo fueron parte de la nada en nosotros, vivimos esquivando las cenizas grises por eso me permito recordar las risas francas que de nuestras cuerdas vocales salían mas allá de lo pasado, es la pasión por la vida la que me hace ver la parte positiva sin entrar en negación ,lo que paso ,ya pasó, por lo tanto recuerdo lo bello y le doy la despedida al ayer fue en definitiva mi gran desafío y hoy lo he logrado.
Noemí A Mayoral
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Me hizo muy feliz cuando nacio mi primer hijo literario, espero lo disfruten
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